TiraEcol

Tira Ecol

martes, octubre 31, 2006

Visita al hospital en año nuevo

Celebro con júbilo el año nuevo de las antes perseguidas, de los antes asesinados sin piedad y comprensión. Celebro, mientras imagino niños blancos y estúpidos pidiendo dulces, el comienzo de una nueva etapa. Una era en donde ya se vislumbra la grandeza, y lo magnificente. Donde el Dios en mí ve su presente.

Experimento nuevamente olor de hospital, de enfermos, de dolores, todo iluminado bajo la luz de mi propia sangre; visión fatal que no deja de asombrarme. Y todo para ser culminado en burlas estúpidas mientras el trabajo buscaba volverme loco con su magnitud, un guiño de ojo a través de un consultarlo del cual queda pendiente el significado, y una llamada violenta de la mujer enojada que se siente herida por un ataque invisible; todo un show para mi dolor de cabeza siempre creciente. Pero son simples obstáculos que con mi grandeza inherente pude superar, no sin su cuota de energía suficiente. Ya se discierne donde yace la verdadera amistad, y donde lo superficial, por más hermoso que se pueda presentar. Si he de huir de mis juguetes sociales, seamos un poco justos y dispongamos de todos ellos, sino el propósito se perdería entre un sin sentido verbal y mental. Y eso, no lo permitiré. Entonces, alejémonos de aquellos hombres y mujeres que buscan la risa fácil y sin cuestionar, pues su enfermedad se prueba como contagiosa. Lo último que quiero es ser de su calaña; aún ellos talvez lo lamenten, pero ya muy absorbidos están. Pobres diablos todos.

Y aquella mujer grande, enorme, maravillosa y sublime en su belleza del todo, sigue presentadose ante mis ojos como la mujer que amo; no crean, trato fuertemente que sea lo contrario. Pero por más esfuerzo, no puedo evitar ciertos deslices que espero y no espero, dulce contradicción, que no note del todo. Sé que puedo mirarla con ojos enamorados a veces, cuando me pierdo entre sus cabellos o entre algún ademán grácil, y que mi voz a veces llora con ansías de volver a decir aquellas dos palabras que tanto añoran mencionar. Sé que cuando no me mira, mis ojos se aprovechan del momento, y con destellos fugaces dicen todo lo que me veo forzado a callar; luego ella se vuelve, y tantos fuegos artificiales vuelven adentro. Y no es que no pueda verla como la amiga; de hecho, poco a poco la empiezo a ver así. Como la amiga que quiero montones, y que deseo que sepa de mi vida, esperando talvez saber algo de la suya. Aquella amiga a la que pienso dos veces para dar un consejo, por considerarlo tonto o simple; simples consecuencias de tratar con una diosa avatar que se sabe como tal. Piénsenlo, que tan fácil sería darle un consejo a un Buda o Jesús que lo sabe prácticamente todo, aún siendo un Jesús o Buda uno mismo? Igual, todos sabemos todo. Solo nos falta el recuerdo.

Pero, oh dulce ambivalencia, a pesar de todo, están tanto los momentos en que puedo burlarme de alguna actitud suya o atisbar un consejo, como aquellos en que debo callar en mi enamoramiento. Oh fatalidad, hermoso destino y universo! Voy paso a paso, y este cambio forzado, no provoca ya dolor, ni tampoco incomodidad; igual, no es la primera vez que me veo forzado a esconder una faceta para mostrar otra. Pues es así: La quiero como amiga al mismo tiempo que la amo. Solo es cuestión de ignorar lo último y enfocarme en lo primero, la amistad. Y se me ocurre una idea: Que mejor para digerir la idea de su amistad, que permitiendo que lea mis propias palabras compañeras de las actuales que nacen de mis dedos? Solo a una persona le permitiría leer esto; a mi mejor amiga, y realmente, eso es lo que es. Me doy cuenta ahora; no es ni mi hermana, ni solo una amiga, es mi mejor amiga, que por simple casualidad del destino (cosa que sabemos no existen), amo también. Es tan difícil de comprender?

lunes, octubre 30, 2006

Voto por la naturaleza en medio de mi alegría

Ya, ya se fueron. Ya se fueron la fertilidad agrandada y juguetona y el amanecer y la alegría de mis mañanas. Sé que hice lo correcto, pues el simple hecho de haber encontrado el quien y el donde es ya una maravilla más del universo, de esas que por más que acontecen, nos siguen asustando. Aún así, no puedo evitar sentir el terror, o el susto de una nueva experiencia, cuando la fertilidad de abrazaba fuertemente de mi camisa, implorando una posibilidad. Pero tanto él como yo sabemos la verdad; esto era lo mejor. Y ahora, cuando por los agujeros de mi nariz entran los tan extrañados aromas de la limpieza, y mientras escucho música con las puertas abiertas, nuevamente reafirmo mi decisión. Es hora de recordar mi felicidad, mi tranquilidad, mi paz; hora de volver este hogar nuevamente un santuario. Y eso, poco a poco. Hoy mi casa limpia, mañana el mundo.

También, se me abre una nueva oportunidad de unir un círculo social nuevo y excitante a mi vida; la protección del alma de Gaia. Sé que pocos lo ven así, pero realmente, para mí, el cuidado de la Tierra, de nuestra madre, es también nuestro cuidado personal. Pues somos nosotros el microorganismo, mientras ella es el macro; pero seguimos siendo lo mismo. Cuidarla a ella es cuidarnos a nosotros, amarla es amarnos. Es simple y llanamente una cuestión de autoestima. Conoceré a aquellos que luchan por lo mismo, pero con diferentes puntos de vista, y por alguna razón, no dejo de verme como un posible líder. Miento, si sé porque lo hago; porque simplemente es lo que soy, un líder destinado a la grandeza. Pero en todo caso, quitando mi metafísica de por medio, uno si hace la diferencia con respecto al mundo. Cito a nuestro pesimista y deprimente, y aún así genio, de Sastre: El hombre es el único responsable de su mundo, y en cada acción debe pensar si quisiera que todos los seres humanos lo imitarán. Actuar, hablar y pensar, considerando el plano universal del todo, en que somos todo. Realmente, podemos botar un papel en el suelo y no importa. Pero que pasaría si todos los seres humanos actuarán igual? Nos gustaría? Verdad que no? Entonces, no lo hagamos. Cito ahora a uno de mis amados amigos, el sonriente Jesús: Haced a los demás solo lo que os gustaría que os hagan. No creen que el hecho de que un ateo de primera y un amante de Dios de primera digan lo mismo es algo más que una irreal casualidad? Yo sí, y lucharé por ello.

domingo, octubre 29, 2006

Un nuevo renacer... !Por fin!

Respondo mi propia pregunta; si puedo. Si puedo ser amigo de esa mujer increíble. Es fácil ver negro todo cuando la noche se cierne alrededor nuestro, y es fácil ver ataques de donde solo viene amor. Luego de sortear como un mago los caminos tortuosos de la soledad, me veo acompañado de mi amiga/mamá. Desato mi furia, mi enojo, mis lágrimas guardadas que aún así, no permití salir. Le dije mis planes, mis dolores, mis angustias; describí la soledad que estaba en mi sombra. Y como la sabia mujer que es, me aconsejó evitar estar solo con el espejo, y sufrir aún así con la incomodidad y el dolor, para acostumbrarme más pronto a ellos; acostumbrarme a ver a la mujer que amo, solo como mi hermana, más que mi amiga verdaderamente. Y lo acepté y con ella me encaminé a aquel hogar que el viernes había provocado tantos llantos renovados. Pero sorpresa la mía! Ya todo estaba bien! Y solo una charla estaba pendiente; una realizada en el mismo parque testigo de charlas, reproches, perdones, abrazos y miradas enamoradas. Y hoy, no fue la excepción.

Le dije que podía esperar de mí a un hermano, más que al mejor amigo que ella deseaba, solo para terminar admitiendo que quería ser considerado como el último, y escuchar sus penas, problemas, felicidades y demases. Tuvo su buena cuota de pensamiento, el hecho inevitable cuando el amor tocará nuevamente a su corazón, esta vez con un rostro diferente, palabras nuevas, miradas desconocidas. Aún, y lo admito, talvez me duela en el momento, pero no he de saberlo hasta que ocurra. Ella sabe como me siento; siempre la veré como la mujer que amo, tanto como mi hermana. Esas dos opciones poblan mis recuerdos. Pero me sumió en alegría pensar que no era el único que soñaba con una relación larga, de años, con múltiples experiencias; como también que no era el único que pensaba en una posible y futura reunión, cuando, como talvez escribí en días pasados, podamos ver mutuamente en nuestros rostros la experiencia, la sabiduría, y quien sabe, nuevamente el amor. Solo que esta vez, un amor preparado. Por el mientras tanto, muchas cosas están pendientes, tanto para mí como para ella, y prefiero tenerla a mi lado como esa amiga incondicional, para no perderla de vista, para no perder su confianza. Realmente, esta la necesito. Pero hoy, a pesar de venir del mismo espacio y tiempo que provoco sus buenas lágrimas en sus inviernos, me encuentro hasta sonriente y feliz, talvez por el presente, talvez por el futuro inexistente, talvez por mis ilusiones, talvez por mis percepciones, pero al fin de cuentas, feliz. Que buen comienzo de semana!

sábado, octubre 28, 2006

Soledad, maldita y odiosa

Maldita Soledad que parece haberse vuelto mi mejor amiga ahora!! Maldita su presencia, maldita su compañía, maldito el dolor que engendra! Por más ocasiones en que haya gozado su putrefacta amistad, cada vez golpea como la primera; golpea con la desesperación de verse totalmente solo, con la ansiedad de hablar, tocar, jugar y reír con otro ser humano, con el hambre de una relación humana. Pero no, ella no complace tales exigencias, y me vi entonces deseando el anochecer para que el día terminara y otro nuevo maldijera o bendijera mi existencia. Y realmente, no me importa cual de los dos sea; solo quiero un nuevo día, para luchar contra mis demonios y caer agotado en una ciénaga de llanto. Solo eso quiero.

Pero para no mantener días escuetos en letras, como parece que en medio de depresiones, inevitablemente pasará déjenme contarles algo; descubrí algo. Sé ahora porque me incomoda y me duele la cercanía de la mujer que ame infinito. Porque estoy enojado con ella. Simplemente. Porque siento que jugo conmigo, que me uso, que busco su placer y felicidad sin siquiera pensar en las consecuencias en mí; porque no le importaron mis lágrimas, mi corazón, mi frágil esperanza. Ella ya me había dicho, con palabras firmes en un correo, que solo seríamos amigos, como hermanos. Y por eso, huí de aquel hogar que consideraba como mi verdadero hogar, y no volví. Y luego, estando enfermo, me lee una carta llena de pedazos de momentos cuando disfrutábamos, momentos que siempre mantendré en mi corazón. Pero lo leyó solo porque la muerta se cernía en mi rostro, y quiso hacerme feliz. Pero cuando yo, en mi insistencia de enamorado empedernido, lloré de la alegría por esa supuesta declaración de amor, ella no me contradijo; por cobardía o por que, no lo sé. Y así siguió. Sé que se lo voy a reclamar en algún momento, pero ahora no puedo, si quiero ahorrarme el mismo sufrimiento que ya dos veces he experimentado. Pero me pregunto: Puedo ser amigo realmente de la persona que me hizo eso?

viernes, octubre 27, 2006

Todo se repite, con lagrimas incluidas

Todo se repite; solo incomodidad y llanto siguió mi camino. Aquella que vería antes como una novia, y luego, solo escrito, vislumbraba entre sus letras una bella amistad, se convirtió en una extraña. No ella realmente, yo; yo era el extraño que no encontraba lugar para quitarse la espina en el corazón. Aquella mujer que antes buscaba para abrazar y besar, ahora era una imagen donde tanto el dolor y el enojo se concentraban; una mujer a la que le rehuía sus miradas, palabras y cercanía. Y me pregunto: Si aún antes de que fuéramos algo más, su recuerdo sobrevivió a una novia y varias amigas que quise montones, será que ahora, pasado lo pasado, podré quitarla de mi corazón? Talvez no, y realmente no me importa. Pero entonces, la pregunta fundamental: Será que una real amistad con ella sea posible? Por lo menos, hoy pienso que no. Esperemos el santo domingo, cuando mi mamá/amiga me aconseje, claro está, si se considera esencial. Pero como hube de decir un lunes maldito, hoy mi vida, mi día, mi todo, lo pienso como una mierda, y nada más tengo que contar.

jueves, octubre 26, 2006

Cartas y mas cartas... Y uno que otro amigo

Por supuesto, no fallo ni una; una nueva carta llegó a mi lagar cibernético y reflejaba la alegría, la tranquilidad, la esperanza de que todo fuera a funcionar. Acepto mi invitación al abrazo de los amigos; realmente, nadie lo podría rechazar. Y aquella invitación antes pendiente de aprobación, es una realidad. Mañana, luego de algunos días de descanso, veré nuevamente a mi ahora nueva amiga, y a mi familia verdadera, pero no de sangre. Sé que temblaré un poco, talvez no sepa que hacer, hasta puede que alguna lágrimas escapen felices al encuentro de la libertad, poro confío. Simplemente confió. Igual, sé que se me harán las cosas fáciles; después de todo, ellos son mis hermanos y hermanas, y es cuestión personal familiar, ayudarse. En todo caso, sigo teniendo una ventaja de mi lado; mi intuición por un lado, mi poder de adaptación por el otro. Con ellos, soy invencible.

También, el tarot, dulce dios de presagios del Internet, me comunico una nueva. Un romance crecerá en el trabajo. Confidente del destino, mantuve los ojos, oídos, manos y corazón, abiertos para percibir de qué se trataría. Y creo haberlo detectado; dos sonrisas como nunca había visto juntas, dos miradas que chocaban en una palabra sin sentido. Esperé aún más, viendo a ver si talvez la historia romántica se resolvería en un carro bañado por el atardecer, pero las palabras no pasaron de lo obvio, y aunque, siendo el charlatán de siempre, tire varias veces el anzuelo, ni en una los peces del gusto o lo amoroso, picaron. Entonces, me di cuenta, que la respuesta era como pensaba, y no pude evitar sonreír. Pues aquel día, como ningún otro, aquella mujer pequeña, hermosa, sonriente, feliz, y casada, si, casada, un pequeño detalle claro está, me había parecido más sublime que lo común y sorpresa la mía, parecía recíproco. Y ahora, solo espero mañana, viendo una posible secuela de reacción, viendo si fue simplemente algo momentáneo, o más permanente; viendo si la impresión se repetirá. Y si la casada se niega a cometer infidelidad, cosa que realmente espero, una amiga más aguarda en un mensaje enviado; la mujer que en algún momento movió mi piso, y su simple sonrisa y palabras inteligentes, ya me habían impresionado en nuestro último encuentro, hace algunos eones. Ya hice mi parte, que el universo mueva sus fichas donde considere conveniente. Al final de cuentas, yo soy él, y él soy yo.

Y mañana, el primer escalón de mi futuro deseado. La oportunidad de mover las ruedas de la fortuna y materializar los deseos de mi corazón; todo en un simple examen de admisión. Admito, me da un poco de miedo, siendo esto el salto inicial a la plataforma que me lleva al mundo del nunca jamás, donde todo es posible y el alma se mantiene joven, mi paraíso personal donde todo es posible. Pero voy preparado, talvez no de conocimientos, sino de fe; a la larga, esta puede ser más importante aún. Veamos mañana que ocurre, cuando feliz por abandonar las peleas de clientes engañados, me encaminé con un latir rápido de mi corazón, lo sé muy bien, y llegué a un aula llena de jóvenes esperanzados y temerosos talvez de su futuro. Quien sabe a quien podré encontrar? Talvez a la buena suerte escondida en naranja?

Y para terminar el día de hoy, mi mejor amigo del tiempo pasado, habla ya como adulto, con preocupaciones y alegrías, muy diferente al niño con el que jugué en algún momento a un bizarro, por los ojos de la sociedad, juego de casita, como se le llamaba en otros tiempos. Con el que experimenté el amor a los hombres, quedando en mi memoria lo suficientemente impreso, para preguntarme siempre que sería de un momento, fuera sexual, emocional, o demases, con un semejante de mi sexo, que con la comprensión del que se conoce, sepa mover sus manos y labios al compás de una armoniosa música celestial de lo perfecto. Pero para esto, dejo pasar el momento en que la oportunidad llegué; no tengo ganas de forzar oportunidades para nada, pero si pasan frente mío, no duden que lucharé por ellos. En fin, retornando al tronco de la idea principal, él debió notar la misma diferencia en mi voz, talvez por mi risa sabia, mis palabras malditas y vulgares talvez que me encantan. Quedamos en vernos; y mi intuición me dice que más que felicidad se movía en su corazón. Que pasará en este encuentro? No sé; simplemente creo en lo mejor, en lo perfecto, en la maravilloso y magnífico. Eso es suficiente.

miércoles, octubre 25, 2006

Una nueva carta...

La escribí, así es señores, la escribí. Y se hizo la luz, gracias a mi ademán grácil y hermoso. Pues la nueva carta simboliza el amor y la comprensión; la esperanza y la confianza en simples palabras. He ofrecido lo que tengo, un alma que todavía ama, pero procura que sea de amistad, unos brazos que quieren abrazar, más sin connotaciones más que el cariño, unos labios que quieren hablar, más no besar con pasión. Eso es lo que tengo, y confió ser suficiente. De hecho, dejémonos de varas; sabemos que es así.

En respuesta a una carta plagada de dolor y llantos, una misiva esperada llegó. Una respuesta que ofrecía amistad incondicional, y cariño infinito y uno que otro consejo para resolver asuntos ya decididos con respecto a los hijos rebeldes que crecen solos. Admito; haberla leído hace unos días hubiera sido el llanto total. Hoy, fue simplemente un sentimiento del pecho, que logro identificar como ansiedad. Ansiedad del futuro, del desenlace, del paso a seguir. Pero, mi nueva ya iba volando por los caminos cibernéticos, y sé que será leída y una nueva respuesta, más alegre, llegará. Sé que sus letras reflejarán la sorpresa de su autora, por la premura en que parece que olvido el dolor. Y no crean; a veces me siento culpable por haberme mejorado, como si un amor como el que había en mi corazón, debiera ser sufrido por mucho más tiempo. Pero nuevamente, mi intuición me dice lo contrario. Ahora, un invitación esta pendiente de aprobación. Siento mariposas negras, azules, amarillas y verdes, muchas verdes, en mi estomago con solo pensarlo. Pero no me preocupo, confío. Y aquel hombre que confié, tiene el mundo a sus pies.

Además, la mejor amistad de tiempos lejanos regresa en este momento de necesidad, por razones inconclusas que quedan por definir. Una amistad llena de recuerdos, de risas, de cigarros, de alguno que otro programa nocturno e ilícito por la sociedad, de una experiencia de jóvenes curiosos que querían ver. Quien sabe si volverá? Quien sabe si aquel mejor amigo volverá a mi lado, y podré reír en sus hombres y jugar con sus brazos? Pero, lo repito, confío en la intuición y el universo. Si yo-ellos decidimos que esta bien, las cosas no tardarán en aparecer.

martes, octubre 24, 2006

Veo el final... O por lo menos lo creo

Bella analogía la del Jesús sufriente. Todo ser humano, cuando enfrenta un problema, debe pasar por tres etapas: Muerte, Infierno y Resurrección. Hoy, creo estar en el segundo día, vislumbrando ya el momento de aparecer nuevamente con los hombres. Y todo por una carta. Una carta que me libero de mis lágrimas y golpes, una carta salvadora, el testimonio de mi verdad.

Y también, agradezcamos a esa intuición mía que últimamente no falla ni una, que me dijo primero que usará el teléfono, luego que diera una visita para llorar, y por último, que escribiera, en una hoja escondida en mi trabajo, mis sentimientos a mi exnovia, ahora mejor amiga, nombre que le doy sin tener su aprobación todavía, pero sabiendo que es imposible negarla. Si, no importa. El problema ya paso; el dolor de cabeza que no me dejaba dormir una noche, se esfuma entre unos párpados caídos, llenos de sueño. El amor, en ella, tiene dos caminos: Como amante, compañero, pareja y como amigo, hermano, confidente. Se puede ser el primero, con el segundo añadido; más aun no se puede viceversa. Y aunque ella confió en que estábamos listos para la primera faceta, yo-ella-nosotros-gaia-universo, sabíamos que todavía no es el momento, y que es mejor mantener como prioridad la faceta de amigos. Porque? Fácil; mi relación con ella, como bien lo dijo mi suegra/mama/amiga, es una relación para casarse, cosa que eventualmente, pasaría, o por lo menos si dependiera de mí, pues es ya un asunto que muchas veces pensé, tanto abrigado en un abrazo amoroso, como extasiado en la contemplación de un sueño. Porque arruinar esa maravilla con un noviazgo prematuro que podría cagarse, y hasta literalmente, en todo? No es mejor atenerse al refrán: Una amistad verdadera dura para toda la vida, un noviazgo es efímero? Mis amigos, el tiempo no existe, y quince años son un parpadeo. Dejemos que pase el tiempo, dejemos que experimentemos, dejemos vivir, tanto a otros como a nosotros mismo. El universo es eficiente, es solo cuestión de confiar.

Así que, leo lo escrito ayer, y me rió. Me rió porque creo ya estar listo para ver a esa maravillosa mujer, a esa Mahatma Alemana. Creo estar listo y me regocijo en ello. Ahora, mañana, una nueva carta será escrita, y nuevos ojos leerán nuevas palabras de un espíritu renaciente como el fénix. Y de la mano de mi intuición, nada puede salir mal. Lo sé, porque mi corazón me lo dice en el oído, mientras escucho la Luna girar en el cielo. Buenas noches, pues estoy cansado de mi renacimiento. Veamos el mañana, sin planear ni nada, y solo seamos felices; en eso se basa todo.

lunes, octubre 23, 2006

Sin comentarios...

Aquí estoy, sin saber que fue peor; si el perder a la novia que amaba infinito, mi compañera, mi Amaterasu personal o la familia, mi única verdadera familia, mi apoyo, mi refugio de confianza. Solo sé que por ahora, tanto por algunos otros, tanto por mis propias decisiones, estoy solo. Sin ningún hombro para llorar, sin ningún oído que le importe escuchar. Estoy solo y me creo insignificante, idiota, iluso e ingenuo; no solo lo creo, lo soy. Mi sufrimiento yo lo cause, mis lágrimas solo un culpable pueden señalar, YO. Sé también que recuperare mi sonrisa tranquila, pero mientras tanto, la soledad y la maldición serán mis compañeras. Y he de guardar lo que siento, como en otros tiempos, y engañar riendo al mundo. Si a nadie le importa escucharme, callaré y seguiré llorando en silencio luchando contra el dolor en las noches y el tedio en la mañana. Nada tengo que contar ya; mi vida hoy es una mierda.

domingo, octubre 22, 2006

La sociedad como un juguete

Si, ayer tenía razón. Talvez luego de tantas horas de sueño como el cuerpo me permito, y de soñar asuntos atroces y maravillosos a la vez, o por los efectos de las cobijas calientes que saben que no tienen que trabajar al día siguiente, la preocupación del ayer se desvaneció, no por completo, pero sí lo suficiente. Aún luego de algunas llamadas, creía sentir un resentimiento o algo extraño que no comprendiera, pero termine decidiendo que era mejor ignorarlo o atribuirlo a una de mis tantas locuras. Espero que mañana, tenga alguna prueba de mi equivocación.

También, estando reunido con mis amigos, no de aquellos verdaderos amigos del alma, sino solo atracciones sociales y instrumentos para sentirme acompañado, lo típico por supuesto de este mundo, me sentí traicionado. No las persona en sí, pues de ella ya aprendí a no depender, a no confiar en su apoyo ni ayuda, sino por lo que su silencio significaba, siendo ahora el mensajero de una verdadera amistad, como la consideraba hace un tiempo atrás. No hay nada peor que ser utilizado sin recibir nada a cambio, y ser simplemente un cajero bancario, del cual se espera siempre sacarle plata sin darle nada a cambio. Lo odio, y no lo permitiré más. Aquellos que busquen un cajero, sean advertidos. Buscando plata tendrán indiferencia y una sonrisa, podrá terminar siendo una máscara de tristeza. Porque, en eso se resume todo; tristeza por ver como una amistad querida se disuelve en el olvido.

sábado, octubre 21, 2006

¿Es solo algo semantico?

Entre un te quiero mucho y un te amo, hay alguna otra diferencia, más que la semántica? Entiendo que en una relación, el salto de decir te quiero a un te amo, implica más compromiso, mas sentimientos en juego, añadir algo sublime en la olla; aun así, en donde ya se ha dicho te amo, volver a un te quiero mucho implica algún cambio? Yo no lo sé, y talvez por eso lloro en silencio; llorar por el simple hecho de no saber si ahora soy solo querido y no amado como antes.

Talvez, lo admito, estos sean perspectivas alteradas bajo el aspecto de un sentimiento de incomodidad y un poco de dolor que me habría de invadido, y que talvez mañana, debajo de la luz del domingo hermoso, vea las cosas diferentes. Si, lo admito. Pero esto es lo que tengo ahora, y el no expresarlo, sería igual a mi perdición, fuera en más pensamientos tortuosos o en alguna pesadilla de las que me acompañan en mis negaciones. Temo ser ignorado, temo no encajar, temo el no tener un lugar, el sentirme ignorado. Pero aún más, temo haber molestado, cansado, enojado o decepcionada a aquella persona con la cual soy feliz. Temo no haber actuado de la forma correcta, ni haber dicha las palabras necesarias, ni dado el abrazo cuando el tiempo lo ameritaba. Eso es lo que me hace pensar, una y otra vez en lo que hice y dije, buscando posibles errores, que luego de pensar frenéticamente en ellos, los termino encontrando. Pero muchas veces ya me ha pasado esto, y en todas se demostraba o mi equivocación o mi certeza, siendo corregido ese sentimiento molesto por un sonrisa instantánea. Sé que mañana todo se verá mejor, pero aún así, hoy sufro. Innecesariamente, lo comprendo, estupidamente, completamente sin razón. Pero en todo caso, quien ha dicho que el amor concuerda con la razón siempre?

viernes, octubre 20, 2006

¿Que es el arte?

En el abismo del cansancio, de un día monótono en donde no ocurrió nada no esperado, más que una conversación alegre y una comida deliciosa, me embarga un pensamiento, que debe planear quedarse conmigo en los sueños. El arte no es creación nueva; ninguna de sus maravillosas ramas proviene realmente de la totalidad de una persona. El arte está acá, enfrente mío, en mi baño, en los techos, en las nubes y la luna. Ahí están las baladas, las óperas, los poemas, cuentos y fotografías, al igual que las pinturas y los bailes. El privilegio del artista, su verdadero talento, es mirar su entorno con el ojo conocedor, y plasmar todas estas maravillas en una de tantas cárceles contemplativas y estéticas. Pues si, como escritor, admito que el arte es una prisión de la realidad, con muchas ventanas y puertas, claro, pero una prisión sin embargo. Pues la verdad, este mundo que creamos paso a paso, nunca será totalmente expresada un pincel, un lápiz o una nota de guitarra. Estas rasparan su superficie, simplemente. Y, esto será inevitable?

Pues realmente, no lo creo. Hay composiciones que trascienden la forma y llegan al contenido. Que nos dejan vivir el momento, que nos dejan darnos cuenta que la jaula está abierta y el recuerdo de un segundo, de un atardecer, de un beso, está volando a nuestro alrededor. Y esto, esto es lo épico, lo que busca todo artista en su intento de trascender, inherente en su naturaleza. Y solo se logra dejando libre la idea, solo tocándola con un dedo, mientras con los demás de escribe. Pues vamos, dejemos la verdad libre y jugando en estas letras, para que cuando sea leía, contagie el lector. Vamos, trascendamos. Después de todo, soy un artista.

jueves, octubre 19, 2006

Y todo por un libro

He descubierto que los orgasmos, no solo por el sexo pueden ser obtenidos: Esto en si es obvio; hay quienes solo necesitan una comida, o una visión, o un olor, y entran en múltiples vibraciones orgásmicas, talvez la única forma para muchos hombres de experimentar semejante maravilla. Pero para mí, aparte de alguna que otra cosa peculiar: el jugo de naranja, una buena comida, la limpieza, el orden y una buena pieza musical, para mi, pocos orgasmos se asemejan al de un buen libro. Con ellos he llorado, he reído, me he excitado, he sufrido. También he maldecido, enojándome con uno que otro protagonista. Pero ahí radica que disfrute tanto de ello, no hay variedad mayor y de más intensidad que sentarse y sumergirse en un mundo paralelo, donde todo puede ser diferente con hombres viajando a la luna, o tan igual que da miedo, con protagonista que somos realmente nosotros mismos. Leo ahora un libro de un hombre, un profeta, un iluminado; pero me encuentro odiándolo, por sus estupideces, por su necedad, por su santidad injustificada, por sus errores atroces, y por no dejarse ser feliz. Y ahí, fue cuando tome una decisión. Como sería la vida de un Jesús, si fuera yo su narrador?

Y un último consejo del día de hoy. Estudiar a altas horas matemáticas, solo ocasiona estrés y no aprendizaje, no para el que enseña, sino para el alumno. La habilidad del maestro radica en amar, talvez no lo que hace, pero si al alumno mismo. Si es así, la paciencia es infinita, y se busca más el entendimiento del otro, que la cordura de uno. Multiplicad esto por si el alumno es una persona amada, y se darán cuenta que el cuerpo se olvida de si mismo, la mente se concentra en la otra, y los ojos se vuelven simples reflejos de otra mirada. Verán que al final, aunque pasen horas de horas, y el cuerpo se debilite, la mente no lo dejará desfallecer. En esos momentos, sea con furia de la otra persona, sea con lágrimas, sea con golpes o palabras ásperas, la mente la verá perfecta y la amará como es. Verá a través de todo, de la máscara, aprehendiendo la esencia. La esencia de una Diosa. Y lo mejor; todo solo por una pequeña lección de matemáticas. Si es así siempre, BENDITO EL HOMBRE QUE LAS CREO!

miércoles, octubre 18, 2006

En busqueda de la amistad perdida

Levantarse en una casa desconocida no fue siempre mi especialidad. Recuerdo no poder dormir, sentir toda clase de sensaciones ficticias, oír desde un búho extinto hasta grillos que por su sonido tenían que ser de mi tamaño. Pero al irme de mi casa, el cuerpo y mi mente se acostumbraron, no a dormir siempre en una cama conocida, sino a multitudes de lugares diferentes, desde el suelo, hasta algún sofá, siempre y cuando hubiera un techo arriba. Claro está, siempre tuve un hogar donde dormir, y no temo exagerar al decir, que cada una era mejor que el anterior; pasando por las casas de mis tíos, a dormir en mi primer casa alquilada, a luego vivir con una familia que llegaría a ser la mía, teniendo en ella tantos vínculos como los permitidos por ley. Y ahora, una hermosa cama matrimonial donde dar vueltas, que me espera en un cuarto blanco, con solo un Te Amo como decoración en sus lisas paredes. He cambiado, he evolucionado, he madurado. Y lo sé muy bien, mi cambio interno a producido este hermoso entorno. Lo sé muy bien, y estoy orgulloso e eso.

Veo lo fácil que es dejarse llevar por las redes de nuestra propia charlatanería, y que tan fácil es sembrar semillas de amor en personas con las cuales solo jugábamos. Y que esté claro; no es que jugamos para herir a las personas, sino simplemente para divertirnos, con esa persona, no a costa de ella. Pero con nosotros, los locos genios, es muy fácil una mal interpretación. También es que buscamos a personas con quienes compartir, con las cuales podamos ser nosotros mismos sin tener que retener una que otra acción o palabra. Por eso, donde algunos ven que “echo el cuento”, donde creen ver una infidelidad, hay simplemente una búsqueda incesante de cariño y comprensión; de amistades duraderas, de esas que pocas personas tienen, pero por ende, las hacen las más felices. Eso es todo lo que quiero: No una amante, no una aventura, no un chiste sin gracia, no una música sin ritmo, no un simple apretón de manos o un abrazo sin significado. Quiero una amistad, de verdad, sea lo que sea. Eso es todo lo que deseo. Y aunque creo tener varias de ellas, siento que falta encontrar a esa persona todavía, o por lo menos, percibirla como tal. Oh, donde estás mi amigo eterno? Sos el árbol que me da cobijo, el viento que me abriga, la sonrisa amable que me da la bienvenida? Sabes? No me lo digas…. Lo descubriré solo.

martes, octubre 17, 2006

Revelaciones y mas...

Hoy fue un día de revelación, cada una mas magistral que la anterior. Empecemos. Creo firmemente que es posible que el hombre viva felizmente con una comida al día, aun mas, lo creo necesario en esta sociedad que tenemos todo el placer de sufrir. La vida es cara según lo vemos, pues para un mendigo sus métodos de subsistencia pueden ser baratos en comparación a algún otro. Pero dejemos las odiosas comparaciones del ser humano, y atengámonos a lo básico. El comer una vez al día, no es un problema, es más bien un talento, un duro talento que cuesta perfeccionar, pero que ahorra más que un sufrimiento. Según lo veamos.

Y la segunda revelación. Sentado en un salón oscuro, escuchando una monótona charla, sintiendo un leve deja vu considerando cuantas veces ya la había escuchado, mire a mí alrededor y me di cuenta. No lo pude evitar sentir, pues invadió todo mi ser, inundándolo con lo que seria talvez un asco humanitario. Mire a mis compañeros humanos, y donde debía ver inteligencia, vi estupidez; donde tendría que haber iluminación, vi mentes cerradas y por esto, llore en silencio. Un dejo de vergüenza y tristeza mi embargo, pues esta raza humana la veía decaer, Por eso, parto en la búsqueda de mis similares, de los dioses que se saben poderosos, aún en su vestido de humanos corrientes, de aquellos que preguntan por el viento y la lluvia, por el cielo, por lo eterno y lo efímero; busco simplemente la divinidad del hombre, para en lugar de verme asediado de música idiota o gente ignorante, gozar del reto mental y espiritual, que solo nos lanza cada vez más arriba. Muéstrame universo eficiente estos dioses, dadme estos reflejos míos, déjame vislumbrar la unidad y dejemos atrás problemas nimios como el agua que no fluye, la puerta que no cierra, la comida que no calienta. Todos, problemas débiles, en comparación con nuestra esencia magnífica, creadora del todo y de la nada.

lunes, octubre 16, 2006

El corazon es un hotel

Estoy cansado, o eso decido percibir en estos momentos, en que semi-desnudo y sin anteojos, me dispongo a seguir esta tarea cotidiana. Cansado no de acción, ni de emociones, ni de alguno que otro susto, sino simplemente, de inactividad. Pues se los digo ahora, en un destello de sabiduría proveniente de mi mente dormida, que el mayor cansancio es aquel de un estado potencial prolongado, llevando al limite nuestra paciencia de movernos. Y es solo lógico; nuestra esencia misma es el cambio, el movimiento, el fluir. Eso somos nosotros; cambiando nuestra forma constantemente, solo conservando lo importante. Nuestro contenido.

Aparte, me doy cuenta la verdad en la frase de un buen amigo libresco; el corazón es como un hotel, con muchos cuartos para amar por igual. Esta el amor de amigos, de novios, de almas, de gustos, y ninguno le quita validez al siguiente. Es solo cuestión de aceptarlo y ser feliz. Siendo como soy, no es difícil. Un charlatán que enamora sin darse cuenta, que gusta sin pretenderlo, que asombra sin exagerar. Un charlatán que sin querer admitir 24/7 el dios que es, lo termina demostrando, tanto por sus palabras sabias(a veces), como por sus acciones libres y llenas de creación divina, o por aquellos pensamientos que por temor a expresar verbalmente, se limita a decirlos con una mirada. Bien se podría decir de mi mismo: Aquel es un charlatán, que lo admite y por eso, es feliz.

domingo, octubre 15, 2006

Un domingo cualquiera...

Si hay alguna sensación que simplemente me encante experimentar, es el orgullo propio. El mirar mi vida en un espejo y admirarla. Sea por cosas materiales, o por descubrimientos que rayan en lo metafísico, es algo simplemente muy hermoso, y hoy, como si estuviera rajando por un orgasmo múltiple, cierro mis ojos y disfruto de la excitación recorriendo mi cuerpo. Hoy, me veo en el espejo y amo lo que veo.

También, siendo un domingo, la vida en sociedad era esperada. No para reunirme con el resto de las vacas de dos patas para entrar en su corral lleno de comida de culpas y pecados, que al fin de cuentas, es lo que una iglesia católica es; reunión en el sentido de amigos, de chistes de doble sentido y una que otra maldición. El amor haciendo unos cuantos exámenes, ocupada lo suficiente y lo esperado. Pero en su ausencia me pregunto, ¿es que todo lo tiene que saber todos? ¿Es que realmente los secretos a veces no son mas hermosos? ¿Es que vale la pena siempre un momento memorable sacrificarlo en pos una sinceridad abrumadora? Talvez si, talvez no, por dicha y gracias a la eficiencia del universo, esa talvez no e mi decisión. Y aun si lo fuera, mi falta de elecciones, haría que el universo las tomara por mi. Pues somos todos partes del engranaje de lo infinito y la unidad, que como es obvio, al fin de cuentas, solo somos nosotros. Nosotros como el todo.

sábado, octubre 14, 2006

Un dia de Mierda

Un día de mierda, literalmente. Así comienza todo, como antes del supuesto génesis, un espacio lleno de mierda caótica sin regidor alguno. Pero el caos tiene infinitas posibilidades para la construcción de un ideal utópico, claro esta, después de revolcarse con la misma mierda y luchar a brazo partido. De la lucha, se origina la furia, la venganza, el dolor, el llanto, los gritos y golpes. Cosas hartas necesarias para ir moldeando el entorno, poco a poco. Y así, luego de luchar, gritar, amenazar y sudar, pude descansar en mi cama, con la paz del Dios que ha construido su mundo en, no 7 días, sino algunas horas. Pues en último momento, yo, Dios, dormí y deje que todo funcionara solo.

Luego, siguió el jugar como una de esas facetas que nunca uso, de las que escondo mas allá de la memoria, para hablar con una de estas computadoras que temo todavía, como imágenes revolucionarias contra el hombre. Todavía tiemblo al escuchar a una hablar, solo imaginando el momento en que caminen y odien al hombre. Yo se, puros miedos psicológicos auto-creados, pero por ser así, tarde o temprano, lo puedo materializar realmente. Entonces, dejemos de afirmar sobre maquinas asesinas, y centremos la atención en el maravilloso sol en mi ventana.

Y por ultimo, ya cuando el sol caía, visitar a mi novia, por primera vez, sin previa autorización de ella. Momentos incómodos para mi siguieron, en que me sentía un intruso, un ladrón de intimidades y silencio, un objeto decorativo fuera de lugar. Y cosa extraña, el sentimiento realmente solo me abandono, en el segundo anterior antes de irme. Oh, ironías de la vida que me encantan!

viernes, octubre 13, 2006

Viernes 13. Buena Suerte

Hoy empieza con prisa, con susto, con miedo. Me levanto tarde, sabiendo con mi primer suspiro de buenos días, que había dejado botada a una persona. Eso era lo de menos, el dinero se escondía en los rincones, y sin tener tiempo para buscarlo, salí rogando por comprensión de parte del universo. Y una vez sentado en un bus lleno, repleto de almas cansadas, pude respirar y dormir. El inicio del típico hermoso Viernes 13.

Siguió lo previsto, el cansancio, las bromas, una regañada de una doctora que pedía chocolate para asesinar al castigo que flotaba en el ambiente. Risas de amigos, por un día de pago que se disfrutaba gastándolo. El darse cuenta, que la plata escaseaba, aun en día de pago, nunca fue algo en lo que me dedique a acostumbrarme, por ende, unas cuantas lágrimas trataron de salir como siempre. Afortunadamente, una hermosa sonrisa las perdió, y mas tarde, el abrazo del amor en carne y en alma. Y concluyo este día, como todos, cuando me senté a escribir esta bitácora de acontecimientos tan importantes como un helado de fresa o un jugo de naranja. Hoy, si retengo algo, es ese segundo en que el tiempo se detuvo, teniendo en mis brazos esa mujer que amo como el infinito, el minuto en que nos miramos a los ojos y un te amo se multiplicaba en parpadeos incontables y la hora, en que mi corazón, después de mucho llanto, pudo levantar la mirada y salir a jugar. Dichoso el inocente corazón!

jueves, octubre 12, 2006

El Comienzo

Hoy, luego de sortear los caminos de una de tantas depresiones, me siento en mi sillón, observando como llueve y como algo cae, quebrándose en melodías de sin sentidos. Algo cae, si, lo escucho muy bien. Mi tranquilidad, mi orden, mi obsesión compulsiva en la limpieza exterior, que a veces presiento con aun más fuerza que la interior. Trato de acomodar mi vida nuevamente, tratando de recordar por cuales senderos fui feliz y en cuales sufrí en silencio. Camino siguiendo señas invisibles, unas de soledad, otras de inmensa compañía. Y se, caminando por estos hermosos bosques de mi vida, que recorro ahora nuevos caminos, dejando atrás el pasado inexistente.

Así paso mi día, entre preocupaciones banales y alegrías de lo sencillo. Veo el amor dormido bajo la luz de la madrugada y los amigos eternos dar visitas de sorpresa, solo para sellar con un abrazo todas las palabras. Hago un recuento, como siempre, y como si fuera una película, miro paso a paso mi día. Llego al final, donde un joven cansado escribe en sus regazos, donde sus hijos corren libres y despreocupados, donde el reloj se detiene en la hora de los sueños. Al fin de cuentas, ha sido un día hermoso. Y con este pensamiento planeo dormir. Buenas noches al vivir, bienvenido el reposo.

miércoles, octubre 11, 2006

Introducción a Simon de 19

Abrí mis ojos al mundo frío y vacío; carente del calor original, del líquido que como un Heraclito habría dicho, constituía mi mundo, privado de satisfacción, cobijo y seguridad, llore. Patee y proteste, en mi léxico antiguo y lleno de sabiduría, maldije a los que me sacaban de mi cueva de bienestar. Pero lo hecho, hecho estaba ya. Había nacido.

No me acuerdo de nimios detalles, ni del lugar, ni aun del cuando; todas cuestiones insignificantes que ya no osan preocupar esta mente mía que se cree madura ya. Me aferro de aquella gordura prematura que hace que las mujeres digan – Ohh, que lindo – y que los hombres me miraran con desdén, todavía considerándome un juguete al que sus baterías le permiten moverse, llorar, cagar y mear con una autonomía pavorosa; a esas alturas, un bebe seguía siendo una maravilla plagada de terror. Aun así, retengo mi primer beso con una niña inocente como yo, beso concertado y forzado, o por adultos pervertidos o niños precoces. Me acuerdo de un ciervo iluso que planeaba despojar a sus amigos los humanos de toda su incomoda ropa, comiéndosela con deleite e iniciando su imposible campaña conmigo, un niño despistado desde sus inicios. Pero, tratando de volver atrás, a mas recuerdos de esta temprana niñez, al pedazo de la cinta que sigue, me doy cuenta que todo esta tirado en el suelo, en las mesas, en el baño y en la cama, y que pretender el orden en el principio caótico primordial, es simplemente un improbable, para no decir un imposible. Pero soy necio y cierro los ojos; las búsquedas entre más imposibles, más gratificantes.

Mi niñez, en una perdida de inocencia gradual y alarmante, brinca en una calle de agujeros de fragmentos inconclusos mientras sigo tratando de recordar; fiestas adultas, tragos pasados, mujeres y hombres borrachos, dormidas en un teatro tras bastidores por mi necedad, millones de obras repetidas y aun así, siempre hilarantes; reuniones de familia, paseos fuera de este país que tanto amaba y sigo amando, talvez más ahora que soy consciente del daño que le han infligido, tanto los políticos como el pueblo; salidas con un papa que amaba, peleando siempre por alguna comida incomible desde el punto de vista de mi niño, aprovechándose de un amigo por interés y todo por un simple juego de tortugas violentas y hábiles; salidas con una mama social, amiga de medio mundo, y conocida por la otra mitad, sonriente en su circulo externo, triste cuando se lo permitía para el resto, incansable luchadora de comer en paz, sin bolígrafos ansiosos por firmas y saludos, sin sonrisas hipócritas o nerviosas. Seguí creciendo, poco a poco viviendo de forma nómada, que me caracterizo mientras mas mi alma buscaba la independencia, con sangre de artista desde los pies a la cabeza, destinado desde aquel primer momento a poseer el talento para mover el corazón, y sino, por lo menos el cuerpo. Poco a poco, el niño se volvía joven.

Nos pasamos, como siempre, a un hogar que preveía como algo permanente; un oasis luego del desierto de movimiento. Nuevos amigos se formaron, nuevos círculos fueron creados poco a poco, tendientes a ser resistentes al tiempo y a problemas temporales sin sentido. Y en algún momento, en el antes o el ayer, perdí a mi padre. Se intento montar un asedio ante la idea; secuestros, peticiones, demandas, gritos y llantos, todo insuficiente. Y así fue, como luego de entregarme un videojuego harto violento y emocionante, partió para no ser visto por años; el videojuego, por supuesto, termino siendo cambiado por otro, en un acto simbólico de renuncia y dolor. Las respuestas, siempre provenientes de solo una fuente, se mostraron exactas y crueles. La culpa era del otro, y nunca de nosotros; decir gracias fue entonces la única respuesta por tal huida -gracias por librarnos de tal persona Dios- oración común mientras a su vez nos considerábamos culpables de algún estúpido error de hace milenios, si es que hubo tal, golpeándonos el pecho con fuerza. Hago paréntesis (Tremenda estupidez, tremenda e insensata), cierro paréntesis. El caso es que fui criado con la convicción de que no era amado por mi padre, e imágenes poco a poco suplantaron el amor que cubría el árbol de mi progenitor. Donde hubieron fiestas, abrazos, reuniones con sus miles de hijos que salían como de la tierra, besos, visitas a playas nudistas y sesiones de fotografías pornográficas en nuestro patio, toda esta maravilla de vida filial se volvieron odios, rencores, intentos de olvido, intentos de escupir, de gritar, llorar y pegar. Hasta que me canse, y lo olvide; la vida luego me demostró que semejantes hechos no se olvidan realmente, la raíz nunca muere, solo cortamos las ramas superficiales, propiciando que el germen del dolor renazca bajo otra forma y color, pero con la misma esencia. Enseñanzas de la vida.

Nota de pie de párrafo: En algún punto entre estos párrafos, fue cuando nació mi hermana. Hija de mi progenitora y de otro factor masculino desconocido, fue objeto de celos y amores, como todo hermano que se ve acompañado, pero no mimado. El hombre en cuestión, se volvió mi padre, y aun ahora, sigue ocupando tal lugar, mas por comodidad y hábito primero, y por una necesidad de querer y ser querido despues; aun así, no dejo de quererlo mucho, agradeciendole infinito por quinquillones de cosas. En fin, mientras crecía mi hermana, olvide el hecho de la semántica en hermanastra, y la empecé a amar con locura; amor que se tradujo en bromas y chistes, pero amor. Miento si ignoro las peleas, así como si miento en como su presencia me reconfortaba. Solo para terminar la nota, una ultima oración. La extraño, pero no con desesperación. Prosigamos.

Llego mi prematura adolescencia, en medio de amigos, libros, diversiones con mi mama, recuerdos de otros momentos. Momentos cuando vivíamos en otras casas, con otros acompañantes, que en su momento, llamaba tías, aunque termine por darme cuenta de su verdadera naturaleza; recuerdos de nuestra perra eterna que me siguió hasta el día en que durmió viéndome a los ojos y diciendo un gracias en la mesa de un consultorio, la inyección mortal todavía descansando en la mesa; recuerdos de escuelas, maestras, compañeros y otros factores de su calaña. Pero, realmente, mi memoria resurge poco a poco al llegar mi adolescencia; mi sangre combinada solo tenía un camino para mí: La Rebeldía.

Fue como todos, o la mayoría de los que decíamos haber vivido; fiestas en la ausencia de nuestros padres, licor, cigarros que me llevaron a temprana edad a disfrutar lo que después haría con permiso legal, besos robados, drogas prestadas o robadas también, pornografía barata o gratis, computadoras abiertas a Sodoma y Gomorra. Y como joven despistado y despichado, los castigos no se hicieron esperar. No salir por dos años, castigo del cual sigo dudando si realmente se cumplió su tiempo, y privaciones de derechos, que gracias a la amorosa naturaleza del hombre, uno se termina adaptando. Pero, todo se volvería peor, pensaría el joven de esos tiempos; el de ahora solo se ríe y se lo agradece. Era tiempo de trabajar.

Había salido del colegio de toda la vida, luego de experimentar en el, el maravilloso y terrible amor, luego de darme cuenta de mi pavorosa habilidad para los juegos de manos del mejor ladrón, y de que la vida, era todo menos feliz. Intentos de suicidio detrás de la Iglesia, talvez en una profecía de mi opinión hacia ella mas tarde, intentos idiotas y poco pensados, en que trataba de ahorcarme con mis propias manos, sin considerar el hecho de la perdida de fuerzas de mis miembros al faltar el aire; simplemente una forma de recordar que quería vivir. Y sigo sin recordar el porque, en todo caso. Pero poco a poco, un aspecto crecía con fuerzas en mi interior: el joven que quería disfrutar siendo malo. Y siendo malo, casi dejo todos los pelos en la cerca al brincar la nota anual de conducta, lo que de forma inesperada, me valió un traslado a un mejor colegio, en el cual entre, condicionado por mil, sin derecho a gritar, protestar o jugar; simplemente debía estudiar y ser bueno. Pero ya había empezado, y tenía que terminar. En una audaz acción sin precedentes, tome el poder y me volví lo que luego seria llamado Líder Negativo. Comandaba una tropa de forajidos y disfrutábamos viendo a un pobre desdichado en un bote de basura, sufriendo y preguntándose cuando esos niños, como lo éramos, dejarían de patearlo con fuerzas. Nunca forme parte de tales actividades; era la mano que las movía desde sus espaldas. Las clases eran simplemente una extensión de mi vida social, y el ideal de portarme bien se fue borrando con licores, humo de cigarros, asaltos de bebidas gaseosas y un odioso y amado también, sentimiento de poder. Dulce y Grandioso poder. Pero el poder, no dura para siempre.

En medio año, se me castigo con el trabajo; mis notas no habían progresado mas que para atrás y materializando una amenaza siempre presente, se me mando a trabajar como asistente del asistente del cocinero secundario en un restaurante en que su música, olores, y dueños representaban casi a la perfección el estereotipo de la comida mexicana. Ahí limpie, lave, cocine, sude, sufrí y reí, mientras en mi faceta de vida estudiantil, el desorden dominaba. Mientras en mi trabajo subía a la posición de cocinero por despidos y robos poco éticos de los demás trabajadores, en el estudio trataba ya de remediar las notas inevitables; de alguna forma, termine los dos con éxito. Renuncie al restaurante, finalizado el año, al mismo tiempo que decía adiós al colegio; no había demostrado que lo merecía, y como tal, fui transferido nuevamente. Obviamente, el cambio fue asimilado con prontitud, una destreza que nosotros los espíritus libres y plagados de movimiento adquirimos por necesidad de supervivencia; digan lo que digan, la lucha prosigue. Solo el mas fuerte permanece vivo, y literalmente y en todos los aspectos. Así, solo me quedaba luchar.

El joven que entro en el nuevo colegio era alguien diferente, alguien más maduro, o por lo menos, preparado para representar esa careta. Rehusé las actividades sociales y pertenecer a esos afamados grupos “populares”, todo siempre ubicando mi éxito como real meta. Aun así, encontré mi grupo con el cual reír, hacer bromas y jugar, grupo social del cual aun ahora, puedo ubicar a sus integrantes e invitarlos a un abrazo. Pasaron los años y demostré mi excelencia, y todo estaba a punto de terminar cuando…. Todo se hizo mierda. Dulce analogía; irme bien en el colegio, solo significaba problemas en casa. ¡Y que problemas!

Mi mama tenía una amiga nueva; para el niño ya joven acostumbrado a estas amigas, era simplemente rutina. Pero mientras su permanencia acusaba a representar algo más que una amistad, una empleada, gorda y religiosa, o sea, y en su caso, un poco tonta, me abrió los ojos. Mi mama era lesbiana. Como cosas que he decidido bloquear para amortiguar su golpe, no tengo claro mi primera reacción. Lo que si es claro, es que monte un espectáculo. Todo en el mientras tanto, seguía siendo rebelde en mi vecindario, huyendo con primeras novias con que experimentaría lo frágil y delicioso de los primeros escalones del sexo, escapadas a tomar, llegadas tarde y cada vez mas tarde. Por esta rebeldía, mientras mi madre viajaba en compañía de mi hermana a nuestro país de habla mexicana, yo permanecía en un carro de su pareja tardíamente reconocida, en camino a la playa. Y en ella, por mucho tiempo, las cosas quedaron ahí.

En el ambiente ahora se me muestra como burdo y común; un billar en la playa, con un cigarro en mi mano y por lo menos una docena ya adentro en los pulmones, una cerveza que se calentaba y uno o dos litros en mi interior y las primeras lecciones del palo y las bolas. La pareja hablaba, mi estado etílico por lo menos eso me indicaba. Explico en trazos simples, como maestra de escuela, todo el rollo: Su mama y yo nos amamos, somos pareja, nos vamos a cazar, ella es feliz, etc etc y unos cuantos mas etcs. En su momento, la euforia del licor surtió efecto, y en muestras de felicidad por verme castigado en la playa y demases, abrace la idea con júbilo y la acepte. Poco a poco, me daría cuenta la verdad; tanta algarabía y muestras de felicidad, y simplemente tenía que esperar a que se me pasara la goma.

Y se me paso, meses después. Resurgió poco a poco en conflictos, en donde mi madre se colocaba en el centro para intentar defender a ambos campos de batalla, solo para ser ella la más golpeada; también, los dos luchadores, su pareja y yo, éramos cobardes. Ninguno de los dos se atrevía a un enfrentamiento frente a frente. Una analogía de la URSS y los US, dañando a medio mundo menos a ellos mismo. La batalla siguió, escalando en intensidad, en odios, en miradas que matan, todo teniendo como fondo la construcción de su teatro, en el cual, como un castigo más, me volví un simple albañil; desde ese momento, odio las emisoras románticas acompañadas de café y pan con mantequilla. Me vi forzado a aislarme, a convivir con mis libros, a entretenerme con una maquina de escribir, cuando mi computadora había sido retirado en un castigo mas. Pero ojo, ávido lector, si escribo de mil maravillas es por ese simple hecho; buscando diversión en la caja metálico, se engendraron mis primeros cuentos, los que motivarían en mi seguir el camino de mi padre, el del magnifico escritor. Pero aun con las letras y su amistad, me sentía solo, deprimido, como un ermitaño, como bien me lo hizo notar mi progenitora en su ocasión. Pero aguantaba, tenía las clases del colegio para distraerme, aun cuando sus integrantes fueran todavía los jóvenes estúpidos que solo puede molestar y bajar poco a poco la autoestima de sus compañeros, todos inmaduros cuando ya la vida me forzaba a crecer. Y talvez, podría haber mantenido el equilibrio en la cuerda floja, hasta que una escalera presentara mi opción de bajada y huida. Pero antes, el destino tenia otra forma de ver las cosas. Otra vez… ¡Todo se hizo mierda!
La historia transcurre ahora en una semana santa, festividad que hasta los no católicos celebramos con orgullo, por permitirnos escaparnos de trabajos, escuelas, castigos y prisiones, mientras, no seamos reales prisioneros. Un paseo se preparaba, a una casa de playa que en algún momento luchamos a pleno medio día por pintar, construir y disfrutar, pues seria nuestro hogar playero; abandonamos pronto la idea de comprarla, aun cuando nos dimos nuestras buenas escapadas. En todo caso, mi augusta madre, en una oratoria semejante a Pericles en la tribuna, me informo que yo no formaría parte del viaje, pues irían simplemente mi competidora, ella y mi hermana; yo estaba destinado a permanecer con mi tía, a una cuadra de mi hogar, toda la semana. Me dolió, lo he de admitir, y creo tener presente las lágrimas derramadas en los regazos de mi tía; había decidido no volver. Y como hombre de palabra, no volví. Me quitaron mi computadora, me cambiaron la cerradura para entrar, dejando todo mi pasado en una casa a la cual nunca retorne; ropas, libros – muchos muchos libros - , juguetes, fotos, vida, recuerdos, todos ellos atrapados en ese hogar, esperando talvez la hoguera del olvido. Luego, actuando a merced del progenitor propio y real de mi hermana, partimos a luchar por mis derechos; una vez más, la ley se probó estúpida. Así, en un doloroso parpadeo, todos teníamos demandas a nuestra cuenta personal: Yo había demandado a mi madre, así como ella había logrado un tanto con el padre de mi hermana. Restricciones, duras e insensatas, fueron postuladas. Pero en el mientras tanto, la vida tenia que seguir. ¡Show must go on!

Y siguió, como el muñeco de las baterías infinitas, ese mismo maldito que nunca paraba de correr. Cubrí con mascara de indiferencia mi dolor, y evadiendo los intentos, primero de ser mandado a un escuela militar, luego de sacarme de mi digna institución, proseguí mi vida de erudito temprano. Pero iba tan bien en esta, que la vida personal, como si de una no descubierta ley de Murphy se tratara, iba de picada. La vida con mi tía se hizo un inconveniente para todas las partes, y contando con el auspicio de mis otros tíos, deje una casa más. En el lugar nuevo, lujos, belleza, orden y limpieza adornaban la pareja y los techos que la albergaban. Empecé a trabajar en una Librería, fuente de orgullo primero, de odios después; aprovechándose de mi condición de no reconocido por ley como adulto, me habían robado, con presteza y sin vergüenza. Típico espectáculo costarricense.

Pero esto tampoco duro. Terminada la graduación, acompañado del brazo, no de mi madre, sino de mi tío, nos sumimos en fiestas propias de la celebración; trasnochadas con licor y una visita a un centro nocturno las adornaron como estrellas; el famoso NightClub que seguirá en mis memorias, simplemente por lo borracho y emocionado que estaba. Pero habiendo renunciado a mi trabajo por suma injusticia que padecía, la universidad era el paso obvio a seguir. Salud Ocupacional fue lo escogido; he de admitir que aunque fui forzado a la elección, hubo alguna responsabilidad de mi parte en aceptar. Ame la carrera desde el primer momento, aun cuando me di cuenta de mi incapacidad para trabajar en ella luego, disfrutando con compañeros, saliendo temprano para asistir a la Asociación Tibetana; tendría luego que dejar de asistir a sus meditaciones y dulce compañía por un edicto impuesto por mi tío, poniendo en balanza mi estudio externo y el interno. Lamentablemente, escogí el primero. Paso un año de suma excelencia académica; en más de una materia fue de las mejores notas. Pero, y me canso de repetirlo, otros de mis aspectos no iban tan bien. Al igual que con mi tía, mi vida con mis otros hermanos de mi mama, no fue nada diferente. Pasado el tiempo, problemas empezaron a cocerse en la olla, llevando por fin al inevitable final. Una nueva partida, esta más llena de odios y rencores y un celular exigido. La solución era ya fácil para mí; solo seria feliz viviendo solo. Y movido por esta comprensión, busque y encontré mi nuevo hogar, una casa compartido con otro joven que se terminaría volviendo, al pasar el tiempo, uno de mis mejores amigos. Viéndome libre festeje, en una cobija dura que servia como cama que se transformo en un colchón. Vivía feliz, con mis amigos y amigas, con mas besos robados que no me dejaban dormir, con visitas a los muertos en media noche, con amigos nunca conocidos. Y para mantenerme, busque un nuevo trabajo. Ahora, me daba cuenta, los contactos tienen ventajas. Mientras sean los indicados.

Empecé en una Agencia de Turismo, iniciada por el augusto padre de mi hermana; empecé bajo, y sinceramente, ahí me quede. Ganaba lo suficiente para vivir y comer; mas de una vez me vi forzado a comer solo cereal y sopas instantáneas – MUERTE A LAS SOPAS INSTATANEAS – Y trabajando, o pretendiendo que lo hacia, conocí a mi siguiente amor. Pero no brinquemos peldaños, vamos en orden. A la agencia llego una nueva mujer, fuerte de mirada, generosa y amorosa de alma. De pelo hermoso y reducido, cortaba el aire donde pasaba, reduciendo la atención a su caminar. Iba a ser la nueva gerente, y de forma deliciosa e inevitable, trabe amistad. Ahora recuerdo un refrán: El maestro aparece cuando el alumno esta listo. Pues eso termino siendo ella y mucho mucho más. Mi maestra, mentora en la vida, diosa sabia. Me enseño sobre el tiempo inexistente, sobre los infinitos mundos que mueven la mano diciendo hola, sobre nuestra divinidad, sobre nuestro poder, sobre nuestra real naturaleza. Poco a poco, absorbía la información, con gusto, llegando a una excelsa glotonería. Fue ella la que me encamino a escribir cuentos, la que criticaba y alaba mis obras recién nacidas. Y si me acercaba, ella hacia otro tanto; terminamos siendo amigos de corazón, y le agradecía un infinito, pues el joven con que ella hablaba, era alguien ya solo en su casa abandonada; ya mis amigos me dejaban a mi despecho poco a poco. Y con ella, venia el amor del que hablaba. En disfraz de una niña todavía, me enamore de su esencia, de su alma madura e inteligente. Caí en sus redes, una y otra vez, mientras componía poemas para tratar de describirme o describirla o describirnos juntos. Y era feliz; las preparaciones de vivir con ellos se hacían cada vez más reales, soga dorada para sacarme de mi depresión. Pero aun antes de que el sueño rompiera en nuestro mundo, me di cuenta de lo irreal del momento; ella estaba muy joven todavía, y una relación seria esperar años. Además, otro factor entro en juego: Maria.

Maria. Mujer exótica, morena, pelo negro que recorría su cuerpo como una hermosa cascada, analogía de la dulce Pocahontas, como la llamaba en momentos de broma. Y como en las mejores historias de amor, todo empezó simple; solo quería una compañera para un trabajo, lo cual llevo a salidas juntos, después de que el universo me indicara invitarla al teatro. Y sin mas y mas, de una forma rápida y emocionante, llena de pasión por la vida, estábamos juntos. Fue ella mi perdida de virginidad en un aniversario caliente de emociones y clima; he de anotar, que no fue tan esplendoroso como los poetas cantan, ni tan dolorosa o difícil como sus detractores acusan; simplemente algo hermoso, rayando talvez en lo sublime. Igual, el sexo termina siendo tan volátil, campo de imaginación y novedad infinito, terreno de juegos, que el acto en si, hacer el amor, no el sexo, se vuelve divino. Fue de su casa que salía a la madrugada, en compañía del novio de su hermano, luego de disfrutar los dos nuestras cuota de voluptuosidad y descanso con el amor; fue con ella que pase un fin de semana maravilloso, en donde no salí de su hogar, aprovechándonos de la ausencia de sus primos y fue ella con la que pensé vivir, atándome a la amorosa cadena de la convivencia mutua. Y como mi ley de Murphy, siendo feliz en mi vida, mi escolaridad empezó a decaer; por ella faltaba a clases, por ella dejaba de luchar por ser el mejor, pero aun así, sobrevivía. Pero luego de visitar la playa con sus padres, y de tener varias conversaciones, la sentencia fue dada; por mis creencias, no era yo nada conveniente para su mente religiosa, y solo la conduciría al infierno. Por estas razones TAN obvias, terminamos, yo con lágrimas secas, ella con una frialdad que caracterizaría nuestras relaciones en adelante. Había perdido a la mujer que amaba, como había perdido mi mejor amiga.

Seguí luchando, buscando raíces a las cuales asirme y no me permitirían caer en la desesperación. Volví a ser excelso estudiante, luchando con fuerzas, mientras seguía aprendiendo y aprendiendo en mi real hogar, con hermanas y hermanos reales, aun más que los de sangre. Había por fin encontrado el nido de mi misma calaña; refugio de los sabios y grandes. Pero, teniendo a aquella mujer/niña que había amado antes, los sentimientos resurgían en cada abrazo, sonrisa y beso. Busque trabajo, para dejar de ser el vago que me estaba volviendo, el joven que solo salía para jugar un juego de rol todos los días, en compañía de los que me parecían amigos. Lo encontré y el entrenamiento empezó de inmediato. Sigo odiando por mi misma naturaleza trabajar con alguien arriba, y mas aun, si ese alguien es gringo, pero hablar con clientes y pelear con ellos, luchar con la ineficiencia de mis sistemas y procedimientos, termino volviéndose, de alguna forma, algo placentero. Todo iba tan genial, que tuve que dejar la universidad; las clases y mi trabajo poco a poco luchaban por el primer lugar, y talvez en un nuevo error, escogí el último. Me enamore nuevamente, esta vez de un imposible, mujer con hombre ya, sujeto pura vida hasta donde le vi y escuche; aun así, luche hasta el final. Los entrenamientos entonces se convirtieron en el ambiente propicio para escribir, y de forma sincera, un número maravilloso de poemas aun mas maravillosos surgieron de esta fabrica del tiempo y el espacio. Y en medio del amor, encontré nuevos amigos, artistas como yo, inteligentes y críticos hermosos; con uno conocí a su maravillosa familia, teniéndola todavía, así como a el, en un cuarto de mi corazón. Una vez que se cumplió el entrenamiento, otra suceso llegaba a su fin; habiéndome declarado a la mujer del entrenamiento en mi cumpleaños 18, había sido semi-aceptado en mi condición de nuevo adulto, ahora hasta reconocido por la ley, todo para ser luego rechazado en silencio e ignorancia, el fin de mi pesquisa amorosa. Un nuevo fracaso del amor.

Lo ignore, y seguí aun mas adelante, ahora que un nuevo futuro se cernía en el horizonte. Dos sucesos acontecieron al mismo tiempo: Conocí a una de lo que es ahora antiguas mejores amigas, mujer pequeña de altura, pero grande como Babel misma en todo lo demás y el otro, me declare, henchido de un nuevo amor, aquella niña ahora mujer temprana, a la que realmente, nunca había dejado de amar. Y dos resultados siguieron con prisa, uno ocasionante del otro: La niña/mujer me rechazo, alegando una amistad mas fuerte que todo y por ocasión del no de ella, partí de aquel hogar que sigo amando entrañablemente, a convivir con mi nueva mejor amiga, y su acompañante de viajes, que se terminaría volviendo mejor amiga mía a su vez, la cual a su vez me traicionaría luego. Partí en incógnito, solo con la niña/mujer como testigo, con prisa, con dolor, con tristeza y con ansias de empezar nuevamente. Dejaba lo que fue mi santuario, con un miembro furioso de no hablarme, con otro todavía queriéndome, y con otros dos que ignoro su reacción. Pero no desespero; el cambio fue necesario para seguir. Y aun ahora, sigo visitando mi verdadero hogar, para ser cubierto de comentarios, abrazos y gestos de amor. Pero muchas cosas han cambiado en el mientras tanto, pero todo en su momento. Quedamos en mi nueva vida, sigamos el camino desde ahí.

Fueron pocos meses con los que compartí con esas dos mujeres que llegue a considerar como hermana, pero al igual que mi relación con la Pocahontas de mi mundo, estuvieron llenos de intensidad; dormidas hasta tarde, música, bailes, películas, licores, miedos, días libres ilegales y muchas cosas más. Jugando el juego de rol, afiance mis amistades en el, conociendo al que considere en algún momento como hermano, solo para ser dejado aparte por todos al final. La vida siempre estaba llena de sorpresas, unas veces durmiendo en casas ajenas luego del mucho licor, serpientes que caminaban en mis brazos, llenándome de besos, juegos y más juegos, cigarros y más cigarros. Hago paréntesis (El vicio de mi juventud por fin era legal, y trabajando en un centro imperialista como es el Call Center por excelencia, el cigarro y yo simplemente nos amamos mas), cierro paréntesis. Y la vida transcurría serena y monótona, sin tener a quien amar, pero disfrutando de miles de echadas de cuento a la vez; desde una temprana edad, disfrutaba más el juego semántico y corporal del gato y el ratón, que el hecho de saborear el pequeñín con gusto. Y todo amenazaba a volverse un viaje al centro del Gringo para ganar dinero y montar un restaurante, cuando la tragedia sobrevino. Magna y desastrosa enfermedad.

NOTA DE AVISO: Mis queridos lectores, sean prevenidos; a partir de este momento, mi memoria falsea mas que en cualquier etapa de mi vida, y una cuenta general de los hechos, es ya pedirle mucho a la vida.

Fue un lunes, llegaba al trabajo como siempre, con el ligero malestar de siempre, yo creyendo identificarlo con mi resistencia al trabajo. Los minutos me probarían mi equivocación. Los sucesos que siguieron pasaron con rapidez; dolor de cabeza, mas dolor de cabeza, dolor y mas dolor en mis costillas; gritos y llantos inferidos por mi garganta, desesperación, odio, enojo; rostros preocupados, brazos ayudantes que me encaminaban al carro con destino al hospital; sillas de ruedas, mas dolor, vómitos, hambre, cansancio; tiempo que pasaba, pero nada acontecía, dolor continuo, ansiedad, inquietud; amigas del alma visitando un cuerpo muriendo, diagnosis de mi dolencia, dormida en un sofá mientras una amiga partía; estadía en el cuarto de los fantasmas donde presenciaron con dolor la inyección gigante y dolorosa; mascaras de aire, camillas, dolor, respiración que se cortaba; traslado, movimiento, voces amorosas, peticiones de números de contactos que pudieran llorarme, y una pregunta. ¿Nos deja conectarlo en una maquina respiratoria? Lo vamos a dormir. Y un SI. Y efectivamente dormí, con su riesgo de no despertar. Tenía Meningitis.

Desperté consciente, con sueños muy presentes de alces caminando en la sala del hospital donde un reloj grande completaba un bosque en donde nevaba, o lazos gigantes rodeándome por todos lados; simples alucinaciones de las mismas drogas que privaron de mi memoria la experiencia mística que de seguro tuve. 10 días conectado, 2 técnicamente muerto me antecedían. Estaba sordo, no completamente, pero si lo suficiente para no saber que pasaba. Mi mama estaba ahí, mi amiga del alma y la mujer que había amado también. Empezó mi recuperación, con sueros en mis brazos y sondas en mis… partes vitales reproductoras. Era difícil, pues el olvido de mi propio ser llenaba los recovecos de mi mente. No sabia el cuando, el porque, el como y mucho menos, y sigo sin saberlo, el para que. La vida empezaba nuevamente, y un acto triunfal corto la cinta de inauguración. Aquella mujer/niña se había declarado estando muerto; ahora, estando consciente yo, lidio con mi insistencia y emoción, terminando de admitir mi elixir. Si me amaba. Con este conocimiento, quería mi mejora para merecerla, y todo dolor y angustia era solo un paso mas. Aun cuando me hizo saber no estar lista, la ilusión no moría. El tiempo paso, y poco realmente movió mi mundo; visitas de familiares perdidos, de gringos viejos y casi muertos, de amigos; inyecciones, comidas iguales, ejercicios, baños primero por otros y luego por mi mismo; mis primeros pasos frágiles e inseguros, mis primeros temores de caídas; enfermeras guapas que nunca se volvieron a ver, enfermeras amorosas, enfermeras graciosas; una prohibición a mi entonces padre, otra prohibición parecida a mi madre pedida por el hombre rencoroso; libros que leer, revistas, siestas que parecían no terminar; información de un sangrado, de sordera sin motivos, de manchas en mi piel y llagas en mis extremidades. Pero después de todo, hasta esto era temporal. Llego el día en que salí, en compañía del entonces padre, a su apartamento, a recuperarme y recordar como vivir en normalidad. Y eso, eso seria talvez lo mas difícil.

Viví tranquilo por muchos meses, con una computadora en mis aposentos con la cual navegar en el infinito mundo de la Internet, y poder escribir a mis anchas mis cuentos locos. Llego el momento en que pude salir a mis anchas y visitar un concurrido parque, en el que apoyado a un amable árbol, leía descalzo y libre. Fue ese el mismo parque y árbol que vieron el primer beso con la niña/mujer, sello de nuestro noviazgo mágico. Seguía sordo, de forma irreparable como se digno indicar la médica privada, pero era feliz. Era amado y amaba; tenía amigos que se preocupaban, y que visitaban de la nada; visitaba el hogar antes abandonado, cada vez más fuerte, cada vez reponiéndome. Pero en mi vida, dulce antagonía, no puedo ser feliz en varios aspectos, aunque eso ya no tiene utilidad ya, pues he aprendido y por ende, no volverá a pasar. Problemas empezaron a surgir con mi padre, de independencia, de conflictos, de contradicciones, de rencores removidos del padre que siendo niño, había huido. Poco a poco, la convivencia se hizo imposible; poco a poco, la respuesta invariablemente cruzaba mi mente. Busque mi antiguo trabajo y recibí su confirmación; solo necesitaba ya eso. Y en una noche, en que dormía en mi hogar, luego de una lucha telefónica gritada, hice mi elección; debía vivir nuevamente solo. Y como siempre, cumplí mi promesa, y con la prontitud del destello de un rayo en la noche, conseguí hogar, hogar que todavía espera mis llegadas nocturnas, hogar que amo de forma arrebatadora. Los encuentros con mi novia crecieron de intensidad, para ser cortados de golpe en todo momento; el tiempo no había llegado para incursionar en tales ámbitos. Pero, sin embargo, mi semblante sonriente no cambiaba. Pasaron los meses, el trabajo duro y maldito, odiando la necesidad que tenia de dinero, comida y compañía; tuve hijos para abandonarlos por su carácter libre; tuve libros que eran absorbidos en mi soledad. Y mi hogar seguía ahí, todo hasta un lunes nocturno, en que por unos días, todo pareció irse por el caño. Otro final romántico, uno más.

Había ya notado en varias ocasiones cambios significativos, una simple conversión semántica de un te amo a un te quiero mucho. La hice notar, para solo escuchar llanto del otro lado. Presentí su significado y me hice convocar, para hablar, para luchar por esa relación que ya veía destinada a ser demolida. Y tenía razón. Aquella mujer que amaba me veía todavía como al amigo/hermano que había rechazado en aquella ocasión hace años. Monte en rabia, a mi mismo, por no notarlo, por no aceptarlo, por… por no llorar. Me fui, dejando una estela de lágrimas contenidas y fragmentos de oraciones, de un abrazo que me negué a responder. Camine y camine, volví a fumar solo para que me diera taquicardia, sin saber si era por el dolor de los pulmones o del corazón. Y a una distancia prudente, llore. Llore y llore, como diría una vieja canción. Hable con su mi madre/mejor amiga, y con otra mujer amigable; todo indicaba que no volvería nunca mas a disfrutar de mi familia. El día siguiente, y el siguiente fueron igual. Al tercero, como un Jesús que resucita, me sentí mejor, solo para verme caído en la primera ocasión, hecho que se repitió nuevamente otras dos veces. Los detalles solo aburren o deprimen; al final, lo pude ver como la amiga/hermana que sigue siendo. Y eso era lo que necesitaba. Una amiga y mi querida familia siempre leal y presente; la misma que sigue a mi lado ahora.

Pronto a concluir este resumen, analizo rápidamente sus principales ideas y consecuencias: Los amigos del juego de rol fueron rechazados en mi búsqueda de almas grandes y sabias, poseedoras del máximo recuerdo; me acostumbro poco a poco a la soledad, y nos besamos en las noches con pasión, dejándome exhausto en mi cama, con el arroz haciéndose y el café en la nevera; escribo todavía, y talvez con mayor maestría, este escrito es solo uno de sus testimonios; me vuelvo a hablar con la madre antes demandada, en una tarde de café, en donde perdonamos y fuimos perdonados, solo para perderla de vista nuevamente, talvez por el influjo de su pareja pequeña; me vuelvo a hablar con mi padre, este escritos magnifico, al cual sin saberlo, le dedico estas hojas, a ese hombre ya crecido, no envejecido, que respira los aires de otros mundos, siendo feliz a su manera; sigo sordo, pero comprendiendo su carácter efímero, todavía con un cerebro talvez dolido y otras partes mas… privadas; trabajo, todavía, odiando cada día lo que hago, pero sabiéndolo necesario; y espero con ansias el resultado que definirá si en un futuro, me conocerán como el Filólogo erudito de Costa Rica; planes de un viaje de reunión y etcs a la mil. Y ahí, termina este documento. Sean informados, que como diría un genio escritor, la esencia se esconde tras telones; esto no pretende ser una biografía, es solo un fragmento que quiero escribir. La verdad es solo a accesible hablando con el hombre y no leyendo sus palabras; una sonrisa o un llanto son difícilmente traducidos fidedignamente al papel. Pero me extiendo más de lo que quería, reduzcamos todas estas palabras en una oración. Esto es una introducción para conocer, la guía para un joven llamado Simón, que se sabe ahora un Dios.