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Tira Ecol

miércoles, marzo 19, 2008

Una boca ENORME que no hace más que cagarla

Podría ser que mi progenitora me haya donado dos cosas, aparte de un sinnúmero de pequeños defectos que van desde mi odio/temor a las cucarachas hasta mi fracaso general en la cocina. Y esas dos cosas son: Una boca enorme y la verborrea que generalmente sale de ella.

Sí, la mayoría de las veces he posteado que es mi charlatanería o en palabras bonitas, mi habilidad para hablar, lo que me ha salvado de un un sinnúmero de problemas y lo que me ha garantizado privilegios extraños también. Pero se los digo de una vez, es más defecto que cualquier otra cosa.

Gaby, debería iniciar diciendo un palabra que inicia con P... De esta boca enorme que tengo de mi mama, sólo salen estupideces. Yo hablo, y hablo - escribo y escribo - y finalmente siempre la termino cagando con alguna estupidez mía. Y lo peor, la estupide tiene un extraño y maldito potencial para ponerte triste y además, hacerte sentir que sos vos la que tiene la culpa.

¡Malditas palabras mías! En un segundo todo es diversión, besos que se mandan, cuentos que corren por ahí y al segundo siguiente, siempre gracias a esta cosa ENORME, todo es caos y no de los bonitos. Es mi boca y lo que sale de ella lo que es capaz de arruinar cualquier cosa, sin previo aviso, de la nada...

Es como un bomba sin tiempo y sin explosión. Y yo, la mayoría de las veces, no me doy del efecto de lo que digo hasta que sale y lo puedo escuchar - leer -; ahí es cuando hago: "Duh", igual de tonto que Homero Simpson. Es cuando sale que me doy cuenta de tonos, de palabras, de sílabas que no estaban ahí cuando las pense. ¡Maldita boca!

Tampoco me exonero de la culpa. Soy yo el que habla - escribe - y soy yo el que es capaz de todo. ¿Por qué escribo todo esto? Porque estás dormida, muy muy lejos de mí, y porque cuando te despertés, no te voy a poder explicar esto porque no vas a querer oír nada de mí... y te lo entiendo. Entiendo esas reacciones que trato de cambiar ya cuando están en el papel y nada se puede hacer... Entiendo pero aún, de vez en cuando, se me sale la barrabasada.

¿Escribo para que leas esto más tarde, como estoy seguro que harás? ¿Escribo para que los lectores, cada vez menos, de Crónicas sepan lo tonto que soy y demás cosas? ¿O escribo para mí, para yo recordar este día para siempre, como un recordatorio constante del Simón sin valor que está ahí guardado? Tal vez son todas esas opciones... Quiero hablar porque vos ahora lo menos que querés son estas excusas o explicaciones mías, como se quieran ver. Pero no hay excusa posible, eso yo lo sé.

Que nunca te pongo triste... Patrañas... Una Falacia bien patética mi amor... Sí te pongo triste, por más que no querás recordarlo después. Si te quito el beso y te pongo una animalada que te hace dar un giro de 180 grados... Y decís que sos vos la culpable o la que empezó o la que lo arruinó o la que no funciona... Vos sos, en todos los sentidos, la perfecta. Un diamante ya refinado a punta de experiencias y demás cosas... ¿Yo? Yo ni diamante refinado ni en bruto... Estoy más cerca de la familia del carbón... Y sólo Carbón, nada más.

Supongo que tengo que parar de escribir. Tengo que dormir y mañana levantarme a... No quieres saber sobre eso tampoco... Buenas noches...

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