TiraEcol

Tira Ecol

domingo, julio 20, 2008

Por un ratito antes de viajar...


"Todos los libros tienen alma. El alma del que lo escribió y la almas de los que lo han leído, vivido y soñado con él."
Carlos Ruiz Zafón, La sombra del viento.


Acabó de terminar de trabajar. Algunas cuentas horas de trabajo, casi 23, con 2200 mensajes al final. Hicé 100 menos de los que tenía proyectados pero aquí estoy, escribiendo en Crónicas, luego de una ausencia enteramente justificada por la visita de Gaby y el trabajo del fin de semana. Pero algunos me dirán "pero Simón, le faltan una hora y cuarenta y cinco minutos para terminar sólo 100 mensajes, ¿no los va a hacer? Que vago".Y quizás tendrían razón... Pero yo tengo mis propias razones para haber terminado antes de tiempo, para escribir aquí ahora, para tener tiempo luego y aún más, para tener esa cita al principio del posteo.

Empecé con Sangre de Tinta ya. Creía que podría mantenerme al margen, pero no lo logré; el libro me atrapó totalmente, como esperaba yo que pasará, pues me había sucedido lo mismo con su hermano mayor, Corazón de Tinta. Leyéndolo olvidaba todo. Olvidaba que estaba solo, olvidaba que tenía que trabajar, olvidaba que estoy desde el Jueves sordo de un oído (razones todavía no hay realmente, jeje), olvidaba el estrés y el hambre y todo. Dejaba de estar en un apartamento pequeño, aburrido y desesperado por no tener aventuras, para encontrarme en medio de hombrecitos de cristal, de caballos, de martas, de fuego (mi amado fuego), de bosques, de casas llenas de libros... y de malvados y héroes. Dejé de jugar, y hasta renuncié a mi intento de pasar el cuento del Hospital, de mi serie de terror, que por fin había logrado terminar el Viernes. Sólo había una cosa que no había olvidado: Gaby.

Yo sé, digan lo que digan, ustedes pocos lectores. Pero Gaby ha sido, es y seguirá siendo forever and ever el hilo central de Crónicas porque es el hilo central de la mayoría de mis sueños, aventuras, sonrisas y suspiros; no lo puedo evitar. Es cierto que Sangre de Tinta tiene un alma propia, un alma que se mezcla con la mía cuando leo y que me transporta, así como Meggy y su padre y Orfeo y el mismo Darius podían hacer, dándole una hermosa y maravillosa vida a los libros (he de admitir que he leído ya en voz alta algunos pasajes para ver si yo podía también; lastimosamente fracasé). Y es cierto también que esos viajes, de mi alma cansada, dejan al cuerpo vacío y cuando ella, mi querida saltimbanqui, regresa a su cuerpo, le cuesta adaptarse a lo estrecho de su espacio y lo deja temblando e inútil por un tiempo. Pero aún más cierto es que, entre el alma del libro y la mía, está la de Gaby, que lo leyó antes, que impregna cada letra, cada espacio y cada punto, con un aroma que sólo ella puede tener. Un aroma de mil flores y alas de mariposa.

"-Salúdala de mi parte. Ella lo entenderá. ¡Y ahora márchate, camina! Te lo noto, sigues enamorado de ella. ¿Cömo describiste entonces sus ojos? ¿Pequeños trozos de cielo?"

Así le habla Dedo Polvoriento a Farid, uno de los personajes del libro. ¿Sabían que en algún momento yo habría dicho lo mismo de Gaby? ¿Exactamente lo mismo? Esa es otra razón de porque tengo que terminar de trabajar ya para ir a leer el libro: Porque si Gaby no está aquí, la voy a encontrar en las páginas, ella como Meggie y yo como Farid, como nos dimos cuenta desde que lo leímos. Yo, Farid, muchacho iluso con un amor desmedido de andar descalzo, saltimbanqui, amante del fuego, de andar dando vueltas por ahí, que se adapta a casi todo, que es tímido y orgulloso hasta la muerte y que ama a Meggie; Gaby, Meggie, niña y mujer a la vez, amante de los libros con el poder de leer y llevarlo a uno a donde sea, orgullosa, inteligente, poeta, princesa, mariposa. Esos somos nosotros. Leer a Farid viendo a Meggie es simplemente estar en una feria, en el medio de un patio de un castillo, jugando con mi amigo el fuego y viendo a Gaby, hermosa y sonriente, a lo lejos. Por esas mismas razones, tampoco puedo escribir mucho acá.

El libro me llama...

Está a mi izquierda y en mi oído sordo, ahora realmente sordo, el izquierdo, escuchó sonrisas y una algarabía desmedida. Hay una fiesta susurrándome y mil razones para dejar de escribir y tirarme en la cama e irme de viaje, con Gaby, con sus abrazos, con las hadas y con el fuego. Mil y una razones, como las mil y una noches de donde viene Farid.

Sólo algunas cosas antes de irme, pa' que no se me olvide. Hice lo más geek del mundo. Entre foros y demás cosas, me encontré con lo que buscaba y sin demora metí mis datos y después de un par de clicks, todo estaba listo. ¿Qué tanto se puede amar admitir el hecho de ser un Linuxero?

¿O un ubuntero?

The Ubuntu Counter Project - user number # 23245

Sí, soy el usuario número 23,245 de Ubuntu y el 475,833. ¡Jaja! Linux rules! De hecho, sonará feo para algunos y todo, pero hasta tengo la fotita de Tux y mi número de carné, por así decirlo, como avatar del Emesene. Jeje... Que tan Geek, diría Gaby.

¡Y con eso parto ya! ¡Tengo que ir a visitar a Gaby un ratito!

¡Besos!

P.S: Pues deberían imaginarse que iba a poner un Post Scriptum, y más aún que iba a poner. Obviamente, un video para Gaby dedicado. Pasado por un amigo y discutido luego con el mismo, terminé dándome cuenta que este video era perfecto para explicar ese sentimiento de que cuando Gaby está aća, todo está bien y de que con ella soy el hombre más feliz del mundo. Para todos los lectores de Crónicas, y en especial a Gaby, les presento Better Together de Jack Johnson. (No necesitan lyrics porque el video ya las tiene incorporadas; lo díficil es cantarlas, jeje)

1 comentario:

Anónimo dijo...

soy lari. Y yo también uso ubuntu.
mal amigo ya no hablas. salu2 a gaby. a ti no te saludo xq ahora no hablas.chau como diria pablo.