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sábado, septiembre 27, 2008

Un Dinosaurio Feliz

"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí."(Augusto Monterroso). ¿Quien despertó? ¿Qué hacía el dinosario? No tengo ni idea... Sólo sé que este dinosaurio ahora esta feliz y contento, todavía aquí, como siempre.

¿Qué tiene que ver el cuento más corto de la historia de la literatura en español? Absolutamente nada, específicamente hablando... Pero uno puede imaginar al dinosario y responder a todas las interrogantes que se le ocurran a uno, y de repente una de las opciones es que el Dino soy yo, y que estaba todavía ahí porque estaba feliz, jeje.

Hoy es un sábado que sorpresivamente ha empezado bien. Ayer sólo hicé 50 menos de los 700 que tenía que hacer, y fue porque se cayó la página del trabajo; ni el cansancio, ni la cucaracha que me mordió el dedo provocando un ataque de rabia impidieron que trabajará. Y hoy, a pesar del calor y el sueño, también terminé los 350 que tenía que hacer en la mañana. Esos más los 150 de ahora en la tarde y los 300 de la noche conformaran un total de 2300 totales que, para un sábado, serían los más que he llevado en mucho tiempo... Pero no es solo por eso que estoy feliz.

También hoy compré el diario de comida por primera vez en mucho tiempo. No me acuerdo siquiera cuando fue la última vez que me agarré un carrito en Pali y empecé a echar cosas, siempre con el celular/calculadora en mano; había pasado comprando comida con Lily y con Gaby, pero ya la próxima semana es borrón y cuenta nueva. ¡Y me hizo tan feliz! Yo sé, tal vez algunos no lo entiendan, pero el poder gastar 10 rojos en comida para una semana, de huevo, pasta, salsas, atún, frescos, galletas, azucar y otras cosas, es todo un éxtasis. Es saber que la plata es mía, que me la gane sea como sea, y que puedo darme el lujo de comprar comida; va siendo el mismo éxtasis de pagar un mes de alquiler en un apartamento nuevo... Y si no me entienden del todo, dejenme... Yo soy loco, jeje.

Pero no es solo por eso que estoy feliz tampoco... Tengo tres apartamentos posibles para pasarme a hora:

1) En Coronado, con internet, cable, etcs, pero muy cerca (tal vez demasiado) de la casa de la loca.
2)En Granadilla, con internet, cable, etcs, pero no tengo ni idea de donde queda realmente porque no le entendí nada al señor ese; igual, Granadilla trae malos recuerdos.
3)En Sabanilla, con internet, cable, dos cuartos, garaje y demás cosas. Queda, también, a 300 metros de las instalaciones deportivas de la U, lo que calza perfecto con el deseo tanto Gaby como mío de ir a nadar de vez en cuando. Además, es el más barato de los tres, aunque suene que es el mejor.
Obviamente podrán saber que es el tercero al que me quiero pasar. En este momento está viviendo ahí el novio de Noelia, la dentista aquella de Supra que me iba a dejar en carro, por lo que tengo tiempo para seguir buscando. Pero sea como sea, estoy feliz porque ya las cosas se perfilan mejor, porque ya me esta llegando al corriente sanguíneo el nerviosismo y ansiedad positivos de la expectativa de pasarme a un nuevo lugar y porque simplemente hoy me parece el día más genial de todos.

Genial también, dicho sea de paso, por el arroz, huevo, atún y frijoles que me estoy comiendo ahora, con un delicioso fresco de mango, jeje. ¿Y Gaby? En Ciudad Quesada preparando una fiesta... Ya me la llamé y le conté los chismes nuevos, desde mi tata ausente hasta Chewie y nuestro próximo éxito con la distribución de los productos Defrutas, con defresa, depera y demanzanadegua, jeje. ¡Vamos a ser millonarios!

Y hablando de Gaby, y para cerrar el posteo, vamos a la verdadera razón por la que estoy feliz hoy. A Gaby yo le tengo que agradecer mil cosas: Desde enseñarme lo que es amar a una persona de verdad, pasando por como lidear mejor con mi pasivo agresividad, hasta el ayudarme a darme cuenta lo que quiero ser realmente en la vida. Pero hoy agrego algo más a la lista.

Porque la conversación que tuvimos el otro día por el msn fue el comienzo de mi felicidad. He de admitir, sí, que en su momento fue estresante y que me bajó el ánimo un poco pensar en los cambios, en la pérdida de comodidad, y en el tener que adaptarme a algo de lo cual estaba bastate habituado ya. Pero hoy, hoy esa misma conversación me parece perfecta, ¡perfecta! Porque hablando con Gaby fue que calzaron las piezas, y los motores de felicidad empezaron a girar: felicidad de pasarme a vivir a un lugar nuevo, de comprar mi comida enteramente solito (como siempre me ha encantado hacer), de trabajar mucho, de etc, etc... Así que Gaby, ¡¡Muchas, muchas gracias!! ¡¡Te amo infinito!!

Y eso sería todo por ahora. Mi plato de comida todavía me espera, así como mil cositas que hacer de aquí a las 4, cuando empiezo a trabajar de nuevo. ¡Ciao!

P.S: Después, investigando un poco, me he dado cuenta el cuento más corto realmente es el llamado El Inmigrante de Juan Felipe Lomeli que dice: "-¿Olvida usted algo? - Ojalá." Mientras unos dicen que el de Monterroso es genial por el hecho de poder imaginarse absolutamente todo lo que acontece antes de que el dinosario esté allí todavía, otros dicen que el de Juan Felipe es "genial, porque en un título y en una frase, ha podido describir y definir el gran dolor del emigrante, que es el no poder olvidar jamás sus orígines, su país, y la lucha interna por lograrlo alguna vez. Ojalá."(Amanda) Es todo cuestión de gustos...

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