Tal vez fue el ir a a pagar el celular que debo desde el miércoles y el saber que el puto sistema se había caído y no podía pagar (Picha, CDMB); tal vez fue el no haber comido más que dos tubos de galletas Sabemas de esas que saben ricas, junto con una Chiqui y un jugo de naranja pequeño; tal vez fue, aún más, el haber tenido que estresarme en la mañana por el internet que no tenía, y que tuve que bajar (como siempre) a arreglar.
Pero para hacer las cosas más simples, tal vez fue todo eso y aún la discusión que tuve con una ex-amiga que necesito ahora. Esto no lo va a entender nadie, más que yo y otra persona, pero lo tengo que salvar aquí para recordar; la tarea del blog es, sea como sea, que lo lean como que yo lo lea después. Todo pasa por una razón, lo he repetido una y otras vez. ¿Hasta esto es por una razón? Las cosas no se pueden esperar solucionar hasta la próxima semana, pero una estela todavía cubre la visión de unos cuantos. Y pensar que después de todo, uno nunca sabe cuando necesita cierto conocimiento de algo... Puede ser que la incertidumbre me mate un poco, pero no tanto como esperaría. ¿Por qué? ¿Por qué estoy tan tranquilo a pesar de todo? No sé...
Finalmente, debo irme a dormir. Mañana viene Gaby y me tengo que levantar temprano (6 a.m) para tratar de adelantar todo lo posible. Otros 550 correítos me esperan y prefiero dormir un poco. Me niego a volver a entrar a Facebook este fin de semana, o por lo menos, no volver a ponerme a jugar Risk online. O sea, ¡como envicia!
Pero bueno... Buenas noches a todos.
P.S: Chewie, gracias. Vos sabés que te quiero en puta y que todo lo que hago, digo y hasta lo que molesto es por una razón. Hoy a sido un día grande para vos, porque estás entrando en algo que antes era solo una ilusión a lo largo de un camino.
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