El examen de latín quien sabe como me fue. Lastimosamente no tengo a alguien tan grande como Safo para enseñarmelo, sino un monstruo denigrante y maldito. Lo terminé en 45 minutos y me levanté; solo una persona había salido antes. Bien dice el dichoa que no se puede llorar sobre leche derramada, por lo que ponerme ahora o entonces a preocuparme era un sin sentido.
Y terminé los 400 correítos para hoy, dicha infinita. Ahí vamos, poco a poco. Me gustaría estar feliz de que el problema del Internet y los técnicos se solucionó por co completo con mi dinero devuelto y mi ropa lavada, pero ahora hay otro pequeño problema.
Me gustaría no ser como soy. Eso es todo lo que voy a decir. Chewie sabrá de que hablo; Chewie y solo ella. No vale la pena comentar, ni vale la pena estresarme y estresar. Solo quiero que sepan, oh lectores que no existen, visitantes que no tocan la puerta. Estoy estresado y mucho.
Y por eso, voy a dormir temprano. Vamos a ver si el sueño elimina el dolor y la maldita condición que me persigue. Buenas noches.
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