TiraEcol

Tira Ecol

miércoles, octubre 15, 2008

Amando un nuevo lugar... aunque se tenga el celular cortado.

"Cada casa es un mundo, y cada cabeza una alcancía"
Proverbio Catalán.

Han pasado ya dos noches y tres días des que me pasé aquí. De hecho, para ser más exactos, serían dos noches y dos días con 16 horas, pero por el bien de un blog que rehuye los números cuanto pueda, digamos que son tres días completos. Y aquí estoy ahora, en la "oficina" de la casa, único cuarto alfombrado que lo único que tiene es el closet de ropa de Gaby y la computadora, hablando con Gaby y feliz. Y eso que fue todo un estrés el Lunes...

Crónicas presenció, por así decirlo, la primera parte del estrés. El señor que tenía que ir llegando por ahí de las 10 para desarmar la puerta con la ayuda de Byron no llegó cuando tenía que llegar. Así que, y a última hora, por ahí de las 12, llamé al señor de transporte para ver si el podía desarmar la puerta y sacar el armatoste de mi cama de bámbu, pero dichosa sorpresa... ¡Estaba ocupado ya con algo y duraría dos horas más en terminar! Pero los problemas no iban a terminar por un buen rato..

"Veamos tele, me relajo, tomo café, soy feliz", pensé en ese momento; igual no tengo tele y pocas veces son las ocasiones en que tengo un control sólo para mí. Claro, no contaba con lo rápido que me cansó de las cosas a veces... Casi cuatro películas después, con series en el medio, y ya estaba cansado de ver tanta tele y cansado de qué, habiendo llegado a las 2, el señor me dijo que duraría por lo menos 45 minutos más... O sea, peguése un tiro. Ya estaba empezando a pensar que no me pasaría, porque entre la indecisión del señor de transporte (por mi culpa, obviamente, por retrasar la hora que teníamos fijada) y el aguacero que estaba cayendo era fácil dudar... Pero sin embargo, bien dice el refŕan de que "nunca se pone más oscuro que justamente antes de amanecer".

Para resumirlo todo, llegó el señor que debió haber llegado en la mañana y me dijó que no iba a hacer nada porque era su día libre-fucking Enrique que no me dice esas cosas-, a lo que yo le hice una mala cara y me quedé callado. 5 minutos más tarde, volvió y me dijo que subiéramos para ver que había que hacer-fijo Enrique lo cagó, jeje- y después de unos cuantos martillazos, de rayar el piso, de romper la pared un poco y muy importante, de ver los calzones que dejó la vecina secándose a la vista y paciencia de todo mundo, sacamos por fin la cama. Y casi inmediatamente, llegó el mae de transporte, metimos todo, me despedí, llegamos acá, bajamos las cosas, le pagué los 10 mil colones que quería pagar (aunque él pidió 15 al principio), me despedí de los tres maes esos y por primera vez en todo el día, pude respirar tranquilo, ver las mil y una bolsas y cajas en la sala y sonreír. Por fin lo había logrado.

Pasarme, desde buscar cajas para meter cosas hasta acomodar cuando llegó a un nuevo lugar, siempre ha sido más que nada una actividad solitaria, pero cómoda. Por eso es que después de que Claudia llegará (la única de todos los que había invitado que realmente llegó), y me ayudará a acomodar los libros, platos y vasos, era yo el que estaba dando vueltas como loco para acomodar la ropa y dejarlo todo bonito para cuando llegará Gaby; quería que ella viera una casa acogedora y feliz de verla, no un montón de cajas rotas y bolsas verdes. Y en menos de lo que esperaba, todo estaba listo. El mundo de mi apartamento había sido creado, no en 6 días, pero en unas cuantas horas. Pero yo no tenía ese día de descanso del Dios vago católico.

Nachos y cerveza. En eso pensábanmos Clau y yo cuando íbamos a comprar los ingredientes que Gaby había pedido para hacer nachos, sus deliciosos nachos, apenas llegará para celebrar; me lo había mandado por un mensajito de texto y eran las 6 de la tarde... Llegamos al Super La Cosecha, y debido a unas preguntas con relación a los ingredientes, me dió por llamar a Gaby, pero, ¡Oh Sorpresa!, me habían cortado el celular. La última desdicha de un Lunes escabroso.

Pero bueno... Doña Cecilia me prestó un teléfono y haciendo uso de la primera línea telefónica en un apartamento mío, llamé a Gaby y me dijó que se venía en Taxi (anteriormente, en el super, había peleado 15 minutos para marcar el 6 usando el 110 para decirle a Gaby la mala nueva). El resto son detalles que creo voy a recordar y que a nadie más le importan: Simón bañándose para Gaby, Gaby llegando y besos por aquí, abrazos por allá terminando en mariposita en el baño también, bañándose; Claudia preguntándose porque nos bañábamos tanto, pero claro, ella es una francesita que no le gusta bañarse mucho; charlas, conversaciones vulgares, la importancia de la diferencia entre "picha" y "verga", y muchas muchas historias; y Claudia yendose al final, yo dejándola en la parada y regresando para la verdadera fiesta de celebración, jeje... Y así terminó el Lunes. (Quiero tomar fotos de acá y postearlas, pero Gaby todavía no ha traído la cámara).

Y ayer, ayer fue el levantarse tarde, yo caminando muchoooo para comprar desayuno, y mucha serie de acostadas en la cama, cositas ricas, no hacer nada y escuchar música por Youtube; obviamente, tal vez un poco más tarde de lo que yo esperaba (no me quejó, por supuesto), fui a dejar a Gaby para que ambos pudiéramos trabajar, yo como puta después de un día de vacaciones y Gaby en uno de sus tantos trabajos de Publicidad. Y todavía ahora estamos ocupados en eso, yo esperando que Gaby me pasé la información para yo ayudarle; claro, tenemos problemas de comunicación serios ahorita, jeje.

Pero bueno... En resumen... Amo este lugar. Amo el levantarme y tener que pasarme a un cuarto alfombrado y calientito desde el cual puedo oler y escuchar la lluvia sin tener mucho frío. Amo ver el piso blanco, y sentir como todo esta limpio. Amo el desayunador, y como calzo el microondas perfectamente en el cosito ese de madera. Amo a las ventanas y a la cantidad de luz que entra. Amo sentir que este es el mejor lugar que he alquilado en mi vida, y que estoy totalmente orgulloso de él. Y amo, no tanto como amo a Gaby obviamente, pero sí bastante, el hecho de que a Gaby le guste aquí, y que se sienta tan feliz como yo.

Sí, tengo el célular cortado y sé que hay una buena probabilidad que lo pueda pagar hasta dentro de este Viernes en 8, lo que es un montón de tiempo... Pero no puedo hacer realmente nada al respecto... Tengo una frase ideal para esto:

"Si algo tiene solución, pues no hay razón por la cual estresarse. Pero si algo no tiene solución, pues tampoco hay porque estresarse porque igual no se puede hacer nada al respecto. Y todos los problemas entran o en una o en la otra"
Así que, ahí veré como hago con el celular. Por el momento tengo el mejor internet inalámbrico que he tenido desde que Amaterasu está conmigo, mi línea fija de teléfono (cuyo timbre no escucho del todo), planes para un fin de semana japonés genial con películas de terror con Claudia para el Viernes y todo y mil y una razones para estar feliz, empezando con Gaby.

Y hablando de Gaby, ya me logró pasar la información esa y ya tengo que empezar a trabajar en eso de Publicidad; sólo esperemos que no llegué a detestar la publicidad antes de tiempo, como había pasado con el Trabajo Social y su Reconceptualización, jeje. (No odio ayudarle a Gaby, odio lo tontas que pueden ser algunas teorías).

Bueno... Tal vez posteé algo la próxima semana después de la Semana Japonesa en el CENAC. Y tal vez hasta tenga muchas fotos a mi disposición para graficar tantas palabras sin sentido mías. Pero por ahora, me tengo que ir yendo, jeje.

¡Ciao!

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