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domingo, octubre 12, 2008

Una Crónica foránea

"Hay palabras que suben como el humo, y otras que caen como la lluvia"
Marquesa de Sévigné

Quien sabe que habría pensado la Marquesa cuando pensó en esa frase, pero apuesto mil veces a que es más profundo que la razón por la que la pusé hoy: Simplemente está lloviendo hoy y por cada gota que se estrella en el árbol, en la calle, en el paraguas o en la pobre cabeza del Yeti (dícese de un indigente que vive por el riachuelo de donde Gaby), nace una palabra nueva en mi cabeza.

Hoy estoy escribiendo, no en Amaterasu, sino en una computadora desconocida sin nombre de la marca HP de Lily; posiblemente, si Amaterasu llegará a leer esto, se pondría sumamente celosa y no me volvería a dejar jugar por un tiempo ningún juego. Gaby dice que ponerle nombre a las cosas les da personalidad, pero esta computadora, sin tener un nombre definido, tiene una personalidad del carajo de chineada, lenta y poco hábil (más o menos como la dueña), razón por la cual no la usaría si no fuera porque no me queda de otra. O sea, Amaterasu, estoy justificado.

En la casa se quedaron las 35 horas de trabajo, junto a los 3000 mensajitos que hicé, las bolsas llenas de ropa, las cajas de platos, el micro y la plantilla guardados y empacados y el cuarto de pilas tan limpio como no se ha visto en... más o menos un año. Terminé mi trabajo, empaqué absolutamente todo lo que tenía que empacar (menos el cepillo de dientes y el desodorante) y me viné para donde Gaby, para verla un ratito, comer y ver la película Becoming Jane, que es buenísima, por cierto, jeje.

¿Si tengo ganas de decir mil y una cosas, más en una computadora que no es mía? No realmente. Trabajé mucho y escribir sería normalmente lo menos que haría, más si estoy con Gaby en la misma habitación. Pero bueno... ella está cocinando y yo me tengo que limitar a hacer lo único en que soy un poco bueno, a pesar de que no alimente de inmediato: escribir. Esperemos que escribir, sean libros, cuentos, ensayos, artículos o noticias, me permitan alimentarme y alimentar a otros, de alguna y otra forma.

Pero si bien es cierto que ya estoy pensando en ir cerrando esta computadora, escribía esta Crónica Foránea por una razón en específico: este es el último posteo de un Simón que vive en San Pedro, cerca de Gaby, lo suficientemente cerca para poder venir a comer sin tanto problema. Es también el último posteo de Simón justamente antes de los posibles estréses mañana pasando cosas, bajando cajas, indicando direcciones, abriendo puertas nuevas y todo ese tipo de cosas que significan pasarse de casa. Y es, además, el último posteo de un Simón antes de tener el apartamento más bonito que ha alquilado en su vida.

Tal vez no sea como para describir el lugar (ese trabajo le tocará a las fotos que Gaby tomará después, cuando todo este pasado), ni de describir mis sentimientos (ese trabajo me tocará a mi, pero cuando no este tan cansado de mover deditos). Pero lo que sí es cierto es que este posteo es para dejar constancia del día histórico en que Simón, como siempre, se va de un lugar para irse a otro, después de un año de convivencia y recuerdos; ojala las paredes realmente no hablen, porque sino al próximo inquilino de ese apartamento no lo dejarían en paz, jeje.

Gaby sale momentaneamente de la cocina y busca más ingredientes. Y en el tele, a lo lejos, pasan un capítulo de Alice, la serie de HBO; a Alice se podría decir que la conozco casi personalmente porque ya le vi sus "atributos" en una escena de sexo. Huele a pasta, a comida hecha en casa y a ese tipo de maravilla culinaria que sólo Gaby puede hacer realmente, por lo menos para mí.

Así que habiendo dejado constancia de hoy, porque cuando regrese a la casa, con mi Amaterasu, lo menos que pasaría por mi cabeza sería postear en Crónicas, parto dejando a esta computadora extraña, HP como solo ella, en paz.

Mañana, muchas cosas que hacer: Pasada de cosas, películas de terror como cuarteto (al fin de cuentas, sólo van a llegar Claudia, Diego y Gaby), dormir en un lugar nuevo, levantarse oyendo ruidos diferentes en las esquinas, y empezar la vida de nuevo. En algún momento estaré con Amaterasu al frente, descansando luego de 250 mensajitos de trabajo y volveré por acá, a decir como fue toda la aventura de mañana... O tal vez no. Tal vez para ese momento ya haya algo mejor que contar... ¿Quién sabe?

¡Abrazos y besos a todos! ¡El Simón de San Pedro se despide, posiblemente no para siempre, pero si por el momento!

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