TiraEcol

Tira Ecol

sábado, febrero 16, 2008

Otra vez en un vacio de silencio

Melancolía según Definición.org: Tristeza vaga, permanente, originada en motivo: psíquicos o físicos. Tendencia a la tristeza. En la psicosis maníaco depresiva, estado de pesimismo, abatimiento y falta de estímulos afectivos.

Extrañar según Definición.org: Sentir la novedad de algo que usamos, echando de menos lo que nos es habitual.





Hace algunos posteos pusé una foto, justo el día en que Gaby se iba para no volver por dos semanas, de mi cuarto cuando está Gaby. Desde ese momento decidí que tenía que poner una cuando ella no está, y hacer notar el orden y todo, y lo mucho que me hace falta cuando no está. Pues hoy se fue Gaby después de pasar casi una semana acá (De Lunes a Sábado) y ahora viene de regreso el miércoles. Yo sé que no son nada estos días que voy a pasar sin ella, pero igual la extraño. Puede ser que mi cuarto esté ordenado, pero vendería mi alma por su entropía.

Pues al fin de cuentas, esta fue una semana maravillosa. Apartando el hecho del Día de San Valentontín, del cual hablaré un poco más abajo, pasamos días llenos de desayunos a deshora, anime hasta por los poros, películas y más películas, bromas, pequeñas preocupaciones, mini-tristezas y alguna que otra discusión en que se trataba de averiguar la respuesta a una verdad que era más tontera que otra cosa. Fue la semana donde este Crónicas llegó a las 1000 visitas gracias a la ayuda de mi ciber-amigo Necrocarlos, de Méjico, con su blog El Cubo. Fue la semana en donde en medio de preocupaciones se determinan ciertos elementos en mi vida que empiezan a calzar. Pero uno de los momentos más esperados merece un poco más de charla de por medio: 14 de Febrero.

El 14 empezó con una promesa. Gaby hace mucho tiempo le había dicho a Oscar, compañero de Generales y metido en casi todo lo que un ser humano se puede meter, de que nosotros íbamos a participar en el Proyecto Beso Tríptico, proyecto audivisual de un grupo de estudiantes locos de la U (para saber más de lo que fue El Beso, metánse acá). Así que después de unos cuantos detalles y estreses de mi parte ya que Percantilla no iba a traer la parte del regalo de Gaby para la noche, fuimos a Sociales, nos encontramos a algunos de sus amigos, y delante de algunas cámaras, nos besamos.

Yo pensé, al igual que Gaby, que iba a a ser sólo un beso, pero tremenda sorpresa nos esperaba. Besos apasionados, besos robados, besos violentos, besos negados, besos con prisa, besos de todo tipo y sabor; una y otra vez nos pedían más y más, ante la risa de Gaby y mi empeño a no escuchar nada y sólo besar. Aunque la cosa no pasó del beso -aunque querían que nos revolcáramos en el piso también, a lo que Gaby saltó encima mío - pareció que al final terminamos siendo los mujeres de todo el grupo de parejas, que por miedo o vergüenza, no se habían atrevido a hacer lo que nosotros. Terminamos y salimos corriendo al salón de belleza pa' que Gaby se aplanchara el pelo y llevábamos tres regalos: Dos stickers, tres cajas de chicles y un recuerdo divertido.

Justo después de salir del salón, vinimos a la casa y decidiendo que no queríamos separarnos, terminamos corriendo otra vez, pero esta vez para atrapar un bus. Y expliquemos acá el viaje. Como Percantilla no había traído los petálos de rosa de la floristería herediana (Sí, pétalos de rosa), tuvimos que ir a Heredia a traerlos. Dirán ustedes que no fue lo más romántico del mundo, considerando que Gaby estaba viendo cual era mi regalo, porque tuvimos que atravesar la U corriendo para lograr agarrar el bus y porque nos despeinamos y cansamos más de la cuenta, pero la verdad fue divertido. Una aventura más se sumaba al 14.

Así que luego de todo, vinimos, yo me bañe, Gaby durmió, nos alistamos, y salimos - otra vez corriendo - a dejar las películas y llegar temprano para la reservación del restaurante sorpresa que le tenía lista a Gaby. Chateau Rouge se ubica en San José centro y combinando la comida francesa con un lugar precioso, logra dejar un efecto agradable y de perlas. Comimos, tomamos (no mucho) y disfrutamos del lugar privado que desde hace algunas semanas, había yo reservado ya. Y justo terminado el postre, volvíamos a la gélida noche a buscar otro taxi para volver a casa, donde esperaba la última sorpresa de la noche.


De la sorpresa, no diré mucho porque es de Gaby y sólo de Gaby. Sólo sumen pétalos de rosas, muchas candelitas, un incienso y un loco chancletudo como yo. Ahí terminaría la aventura para ustedes lectores que apuesto habrán cosas que no quieren saber. En todo caso, podría aquí lanzarme en una verborrea diciendo lo feliz que estoy ahora y lo feliz que estuve ese día, con Gaby, sus regalos y sus risas; podría decir que ese fue el primer 14 que he celebrado en mi vida con alguien y me encantó; hasta podría asegurar que de este año nuevo, que no lleva nada, ha sido una de las aventuras más hermosas para mí. No por el lugar, no por los regalos, no por el fucking simbolimos comercial del día 14, sino por el hecho de estar con Gaby y poder darle algo nuevo, estando juntos y siendo inmensamente felices. Pero para describir todo eso, creo que es mejor que lo diga Gaby y no yo... La resurección del Blog de Gaby, PseudoPoeta, merece una visita por lo menos... (Ver acá).

Y así terminó la noche, y la semana. Con un trabajo hiper mega atrasado porque obviamente me negué a trabajar mientras Gaby estuviera a mi lado y se fuera al día siguiente, a los dos días, a los tres días... no importaba. Así que me lanzo a trabajar ahora, a pesar de que en este preciso momento no hay internet y no sé porque. Supongo que tendré que bajar... Puff... Pero en fin, todo y las fotos es para decir que definitivamente es esta ya casa de Gaby y mía, compartida y convertida en hogar sólo cuando estamos los dos. Como diría Definición.org, hoy tengo una tristeza vaga que me acecha...

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