Un hijo que no debió haber sido; perdón

Es cierto que las depresiones llevan muchas veces a avistar en el delirio la perfección; la poesía del luchador, la prosa del cautivo y el grito del revolucionario. Es cierto que la mejor poesía surge de la soledad, del ansía, de la depresión y que es esta poesía la que, como diría Martí, es capaz de sazonar un siglo con sólo un grano. Pero no siempre...

Supongo que me he de disculpar con los pocos lectores de Crónicas que aumentan poco a poco. Eso de ahí abajo, sí, eso de Fidel Castro, es una blasfemia literaria e ideológica. Lo que empezó siendo un intento de contar simplemente en este blog lo que había pasado se convirtió en una verborrea hijueputa que nunca, en todo lo extenso de las palabras, llegó a ninguna parte. Y así, agoté mi energía y al llegar a hablar de la Marcha, aún más importante para nosotros que Castro y a Gaby, aún más importante para mí que la Marcha, no dije nada... ¿La causa?

El último párrafo de todo el posteo lo diría. Supongo que los pocos que me leen a menudo - aunque pocos pueda ser decir mucho - saben que la llegada de Gaby este miércoles era una de las cosas que más esperaba. Era la razón por la que me matará trabajando, por la que siguiera feliz, y por la que aguantará todo lo que pasaba. Pero el hecho de saber que hoy no está, que no estará mañana y que ni siquiera la podré ver antes del concierto del Martes, cosa que quería en mi delirio enamorado, simplemente me agotó. Todo lo inflado que estaba el globito se volvío flácido y sin energía, cayó al suelo y se hizó 5 partes.

Así que lo de Castro era un vano intento de no llegar a esa última parte del posteo, donde hablaría de la Marcha en la que quería participar el domingo con Gaby, y tendría que decir, aunque fuera en tres palabras, que Gaby no iba a venir... Pero igual, perdón por esa tontera. La quitaría si no fuera que había decidido, desde el nacimiento hace casi dos años de Crónicas, que nunca quitaría algo que hubiera escrito, aunque fuera simplemente el producto de un alma que sin saber llorar, hace que corran lágrimas por sus dedos.

Así que nada más era para decir eso. Hablé ya con Daniel, nuevo contacto para la fila de Maiden y todo está listo ya para... ¡¡Hacer la fila del mejor concierto de mi vida!! Empiezo con la fila el sábado bien tempranito y seguiré en ella hasta el Martes, cuando a las 4 p.m abran las puertas del estadio que podrá ser ahora pirámide de Egipto, ciudad futurística de un Eddie tecnológico o la cueva de un monstruo (Por favor, ni me mencionen al supuesto "monstruo" saprissista) que nos engulla, nos digiera, nos levante al cielo y nos traiga a una tierra de Maiden, Maiden y más Maiden.. ¡UP THE IRONS!

Obviamente, desde el sábado hasta el miércoles, no habrá posteo alguno. Ni me conectaré al internet ni mucho menos. Estaré haciendo fila para lo mejor del universo, mucho, mucho, mucho después de Gaby, que es supremamente lo mejor. Jeje...

¿Y Gaby? Pues haciendo Pie de manzana, viendo tele, mandando besos y en la casa de su mamá. Sí, se podría decir que el sentimiento de ayer no se ha ido del todo, pero igual... Nos hablamos, y aunque podría no verla hasta dentro de una semana - en mi ilusión me dije a mi mismo que fijo está acá antes del viernes de la próxima semana - puedo relajarme en el sentido de que sea como sea... todo pasa por algo. Pero bueno, parto porque tengo que comer y porque empecé ya a escribir el primer cuento de terror de los proyectados desde hace meses. El Terror en el Tren, que obviamente no es su título, seguirá la historia del accidente del Virilla y de un curioso tren que aparece en San Pedro, justamente a las 9 de la noche... Spooky!

Ciao!