TiraEcol

Tira Ecol

lunes, diciembre 11, 2006

Críticas por todas partes

Hoy pude ver dos lados sobre como sobrellevar críticas, pude leer y escuchar recomendaciones y opiniones, y aunque creo firmemente que unas carecían de lógica y eran idiotas donde las otras eran agudas, aprecio ambas de igual forma. El ser humano que no pueda aceptar y tolerar como otros nos ven, resaltando defectos que eliminar o habilidades que mejorar, es aquel que se sume en oscuridades más allá de la comprensión normal; generalmente el que niega escuchar lo que los demás tienen que decir sobre él cuando la fuente es razonable, termina escuchándolo de sus demonios, los cuales no tienen generalmente un intereses en poner las cosas de la forma más bonita; los demonios, como los mejores hombres y mujeres tienden a ser directos y honestos. Y como tal, dos demonios me hablaron hoy.

Empecemos con el nefasto trabajo. En un escrito a ser presentado que refleja el rendimiento de cada empleado, leí como me veía mi supervisor; las palabras “efficient” o “extra mile” llenaban la lista en general. Pero dejando aparte mi excelencia, otra cosa que abundaba era la afirmación de que no me llevo con los demás miembros de mi equipo y que no interactúo con los mismos como debiera. ¡Maldita sea, no entenderá él que los considera a veces muy idiotas, superficiales, e inferiores para tratar con ellos sobre temas banales y que para no ofenderlos con cosas más trascendentes, me alejo en mis libros! ¡No será que ha notado que mientras todos reían por algún chiste idiota, yo simplemente me regocijaba en alguna lectura profunda, o entretenida! ¡No puede observar, mi querido e estúpido supervisor, que las diferencias abundan entre todos y yo, que mientras todos comen carne, yo soy vegetariano, o mientras todos aman el absurdo veneno del reggeaton, yo me pierdo en un “Ojala” de Silvio! El caso es que esa fue su única real crítica, sumándose con algunas ausencias que en su momento casi provocan mi despido, asustándome como pocas veces en estos meses; pensé en anotarlo en mis comentarios para hacer saber a los ignorantes sobre mi verdad, pero considerando que ya me voy y deseo evitar problemas que aumenten mi estrés, simplemente lo deje pasar. Mi tranquilidad es prioridad y no pelear con medio mundo es poco trascendente en este momento. Y hubiera podido pelear eternamente hoy, si no fuera por la segunda crítica; mi padre lejano escribe de vuelta.

Le gusto, haciendo algunos cambios en la forma y pocos en el contenido. El hecho es que, en líneas básicas, a mi padre lejano le gusto el cuento lo suficiente, igualando su opinión a mis otros críticos, todos igual de sinceros y directos. Ahora solo espero una última más y el cuento volará a la mesa de disección, para que lo abran, lo vean, lo admiren, lo aman o lo odien, para finalmente colocarlo en el lugar de honor; no dudo que vaya a ganar este certamen, pues como bien creo, afirmar simplemente mi victoria y asumiendo que ya pasó, es la mejor forma para materializar tal realidad en mi mundo; como todo, las realidad dependen de mi perspectiva y mi imaginación. Pero con el correo, vinieron historias de antepasados donde el mestizaje, los españoles con su deseo de dominar el mundo cogiendo con hasta los palos de limón, los indígenas ingenuos y mágicos soportando el todo y una que otra aventura se reflejan en las letras maravillosamente escritas; espero con ansías la próxima entrega que me hable más sobre el asunto. Y por último, sabiendo mi intención de escribir teatro, me aconseja calma, paciencia, ofreciendo a su vez su lengua sin pelos. Se suma a la propuesta, dos recomendaciones: Escribir juntos algo y escribir un blog ficticio; ambas historia recibieron aprobación, esperando unas instrucciones y la otra disposición. Pero antes de terminar este párrafo, digamos unas últimas palabras; escribir este Blog es el medio de mantener mis dedos con práctica, es el intento de recordar cada vez más con mis errores y grandezas, es una de tantas prácticas para convertirme en un perfecto escritor; de hecho, ya lo soy y solo lo tengo que recordar. Eso y todo.

Ah, se me olvidaba; ayer, en un intento de superar la soledad, mando un mensaje a aquella mujer que tanto llamé pocahontas, la que con dedos ágiles y labios ardientes, robo mis vestigios de virginidad. Recibí, como esperado, no más que respuestas lacónicas y dispuestas a pelear, para luego silenciarse y no hablar más. Lo sabía y aún así mantuve la esperanza de una conversación verdadera hasta el final; si lo que quiero de ella es una amistad, una cogida o una relación, si no sabría decir. El caso es que a punto de molestarme por mi equivocación por dejarme vencer por el deseo de compañía, veo que aquella mujer a la que hace siglos había escrito con un estilo asombroso en la oscuridad del cuarto de mi madre/amiga, me responde por fin; terminó reclamando una pregunta al aire nunca concretada sobre una invitación a salir más etérea aún, reclamación tomada al pie de la letra, razón por la cual ahora sonrió imaginando su próxima respuesta a mi pregunta sonriente, si es que habrá alguna. Como siempre, solo confío. Fe del tamaño de una semilla de mostaza - hasta donde me han contado, es pequeña como ni putas uno puede imaginar - es todo lo que se necesita. Así de fácil.

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