TiraEcol

Tira Ecol

viernes, diciembre 01, 2006

Mas de Navidad, con un buen libro de por medio

Se que he hablado de la navidad, y criticado a sus creyentes; sigo riendo ante la visión de casas fervientemente decoradas con costumbres que no son suyas ni las cuestionan. Y de la misma forma que rió, me indigno. Nosotros, los ticos, adoptamos estas costumbres extranjeras sin preguntar el porque y el para que, no buscamos darles mas sentido que lo que viene en las películas y libros; decoramos con botas que pocos saben que significan, adoramos a un viejo barbudo del que no sabemos mas que es gordo, explotador de niños duendes y animales, como realmente es; ansiamos tener chimenea para idolatrar a los dioses de allá arriba, y me refiero a arriba de América, y terminamos por desear ser parte de ellos para jugar con la nieve, fenómeno harto difícil de presenciar en nuestro sublime clima tropical. Somos felices en nuestra ignorancia, y seguimos así por mas comodidad, agotadora y estúpida comodidad, que por cualquier otra razón; sea esta nuestra naturaleza, no deja de ser un acto insensato. Ahora, si me topara con el hombre que a las creencias les diera un matiz personal, capaz de justificar para si mismo, y no para el mundo, las luces que parpadean, el árbol asesinado cuyo trofeo conservamos en una esquina y el pesebre antiguo y carcomido por insectos, pues en ese caso, por lo menos miro al hombre y le sonrío, pues en todo, es libre de hacer como plazca, mientras piense. Pero la festividad en si parece privar del privilegio del raciocinio a mujeres y hombres, que brincan alegres por un 25 que es exactamente igual a otras fechas importantes; otros brincan en honor a Mahoma y otros a Buda. Pero ahí no acaba, no señores. Me falta por decir.

He hablado del carácter mercantil en el cual creo basado Diciembre, en donde todo gira, no en función de la paz y prosperidad, a menos que este acompañada de el dinero, sea verde, rojo, de colores o negro. Ahora, los que aman la fecha dirán que es una época de reunión, en donde no se niega ni un vaso de agua, y menos un abrazo. Y yo les digo: ¿Porque solo este época? ¿Porque no siempre? Pero la culpa la tiene esta gente, que como niños, no recuerdan su verdadera esencia, aun mas cuando pueden coger, comer, odiar y cagar para frustrar aun mas su recuerdo; gente que al mejor modelo de vacas y hormigas, simplemente siguen el de adelante. El amor esta siempre, pues es la energía que nos rodea y crea, y tanto por los regalos, como por las cenas y reuniones, el 25 es una simple creencia tragada con galones de agua por detrás, sin digerir; reuniones y demases todos los días se pueden hacer, sin motivo alguno mas que la simple intención. Y por estas ideas me miran como loco; todos fuimos criados a odiar a los que no aceptan la navidad, como si de seres monstruosos se tratara; afortunadamente, no amando el chocolate en un mundo chocolatoso, sin gustarme el fútbol en un mundo que mata por el balón, no dejándome fascinar por fiestas, autos, ropa, lujos, bebidas y prostitutas en una juventud que conlleva el germen de su destrucción, y creyéndome Dios en uno de los pocos países con religión de estado, que dicho sea de paso, no de las mejores, me he llegado a acostumbrar a ser el bicho raro evolucionado de la fiesta. El tipo que oculta en sus risas hipócritas un sentimiento de superioridad, muchas veces sin querer. El tipo de personas destinados, modestia aparte, a una cierta grandeza.

Pero por mas que hable, siempre seré el Simón tolerante que le gusta vivir y sonreír con personas de diferentes convicciones y creencias; encuentro interesante experimentar en sus pieles el estremecimiento de emociones desconocidas para mi ser, como un árbol de navidad, una sonrisa genuina decorando, una cena lograda a la perfección. Y hoy, ha sido el mejor ejemplo de ello; con ansias de leer, me termino encontrando decorando botas con escarcha de colores y sonriendo ante la imagen de un equipo de computadoras, que siendo antes frías, ahora eran Navideñas. Y como habría dicho ayer, todo por una mujer: nuevamente las risas de la gata dorada me impelen a realizar lo inimaginable en alguien como yo, bromeando como todos, eso si, sin dejar mis criticas de lado. Soy tolerante, no un simple personaje poco constante en sus creencias; he perdido mujeres que amaba, he perdido amigos, he perdido familias, como he ganado todo lo perdido y mas por seguir fiel a mi mismo. Sé el virus que es la Navidad, metiendo la mano en su estomago y revolviendo la verdad, pero eso no me priva del derecho de disfrutar a la sombra de su teta verde y roja; además, ahora no es el momento de ponerme en el otro lado del río y combatir ideológicamente con mi equipo de trabajo, en el que solo ganaría un conflicto sin sentido. Por lo menos, todavía no.

Y en medio de todo, empiezo un nuevo libro, que ya no pocas veces ha amenazado en hacer surgir lagrimas de mis ojos negros; Espartaco y su libertad. Leo su maravilloso estilo de escritura, bien hecho y pensado, y más aun, imaginado. Me transporto nuevamente a la antigua Roma, como lo había hecho anteriormente con Adriano, o aun mas lejano, con Teodora y su fortaleza. Luego de estar con los aristocráticos, con los adinerados, leyendo sus pensamientos, saboreando sus placeres y llorando sus desdichas, me paso al otro lado; los esclavos quieren contarme una historia. Una historia de un hombre grande en todo su sentido, que siendo un líder desde siempre, deja el temor del futuro y la culpa de su pasado para luchar por su presente; un hombre que mas que ser esclavo prefiere morir. Espartaco se me muestra sabio, amado, sincero, fuerte, resistente y astuto; una mezcla letal que la puta Roma temió con fuerzas y no pocos temblores. Y como en su buena novela de la antigua gloria del imperio, los amores, tanto hetero como homosexuales, los vinos y las borracheras, las cogidas, la sangre, las luchas, los sueños y los ideales no se hacen esperar; sea con los ricos como con los pobres hay sabiduría por todas partes. Y dejando de lado la historia del general que busca la revolución del mundo entero, los mismos personajes emiten destellos de enseñanza, frases que resumen toda una filosofía. Por el momento, una me sigue asombrando, por su profundidad, como por su veracidad en todo momento en la historia humana: "La Justicia es el instrumento de los fuertes y debe ser empleada como dictan los fuertes; la moral, como los dioses, es la ilusión de los débiles". Y mas aun, en aquellos tiempos y aun en estos, la siguiente frase del autor nos hace pensar: "La esclavitud, en todas sus formas y colores, sea como sea, es justa; solo los tontos aducen que es inmoral"

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