TiraEcol

Tira Ecol

jueves, diciembre 14, 2006

El despido que aconteció cuando debía ser

Hoy ha acontecido un milagro, si bien el tiempo en que lo esperaba todavía no había llegado; fui despedido de mi centro de trabajo mientras mi equipo se encontraba ya en sus respectivos lugares, talvez planeando nuevas vagancias para el día siguiente. Caminé por última vez por las hileras que tanto vería antes como cubículos de sufrimiento, y que el tiempo las había terminado volviendo en un hogar común; poco falto para que llorara. Me despedí de mis viejos amigos y de los nuevos, con abrazos y promesas; corrí con temor en un intento para salvar mis cuentos escritos y mi obra nueva de las garras del olvido, intento que deba concretar la próxima semana; cargué con temor de inseguridad mi bulto de cosas personales y partí para no volver. Tantas experiencias, tantos amores, tantos errores, tanta, tanta enseñanza… No puedo evitar mirar ese lugar que tanto criticaba antes con cierta nostalgia. Pero al fin de cuentas, talvez no sea mas que una persona la que lo provoque. Una gata dorada.

Como fui despedido cuando todo mi equipo estaba ya huyendo de los computadores inútiles y apagados, no pude decir adiós a ninguno de ellos, y entre todos, a la gata dorada. No dudo en afirmar que extraño su voz y presencia y que siendo la última vez que la vi en su momento, y sabiendo el futuro inevitable, fue un error no buscar hablar con ella; si ya no trabajamos juntos, vivimos a kilómetros de kilómetros de distancia, más otros etcs, no tenía motivo alguno ya para callar lo que tanto gritaba mi corazón. Pero confío en el universo mientras me despido del único compañero del que tengo un número, dejando un mensaje de abrazos y besos para todos. Solo espero que sea suficiente.

Y por último, cumplo mi promesa. Viajo con mi familia real para recibir hermosos regalos de dos hermanas, dos murales que quieren poblar mis paredes, junto con un adorno exótico y curioso de mi mamá/amiga. Además, los planes de un paseo de concretan; viajaremos todo el fin de semana a aquella finca tan detallada por mi hermano/amigo, donde tantas aventuras vivió. Por ende, y considerando que busco este espacio para descansar de tanto ruido y ciudad, por primera vez no escribiré nada esos días; cuando vuelva contaré lo más importante. Así que por el momento, ¡Hasta la vista!

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