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Tira Ecol

jueves, octubre 26, 2006

Cartas y mas cartas... Y uno que otro amigo

Por supuesto, no fallo ni una; una nueva carta llegó a mi lagar cibernético y reflejaba la alegría, la tranquilidad, la esperanza de que todo fuera a funcionar. Acepto mi invitación al abrazo de los amigos; realmente, nadie lo podría rechazar. Y aquella invitación antes pendiente de aprobación, es una realidad. Mañana, luego de algunos días de descanso, veré nuevamente a mi ahora nueva amiga, y a mi familia verdadera, pero no de sangre. Sé que temblaré un poco, talvez no sepa que hacer, hasta puede que alguna lágrimas escapen felices al encuentro de la libertad, poro confío. Simplemente confió. Igual, sé que se me harán las cosas fáciles; después de todo, ellos son mis hermanos y hermanas, y es cuestión personal familiar, ayudarse. En todo caso, sigo teniendo una ventaja de mi lado; mi intuición por un lado, mi poder de adaptación por el otro. Con ellos, soy invencible.

También, el tarot, dulce dios de presagios del Internet, me comunico una nueva. Un romance crecerá en el trabajo. Confidente del destino, mantuve los ojos, oídos, manos y corazón, abiertos para percibir de qué se trataría. Y creo haberlo detectado; dos sonrisas como nunca había visto juntas, dos miradas que chocaban en una palabra sin sentido. Esperé aún más, viendo a ver si talvez la historia romántica se resolvería en un carro bañado por el atardecer, pero las palabras no pasaron de lo obvio, y aunque, siendo el charlatán de siempre, tire varias veces el anzuelo, ni en una los peces del gusto o lo amoroso, picaron. Entonces, me di cuenta, que la respuesta era como pensaba, y no pude evitar sonreír. Pues aquel día, como ningún otro, aquella mujer pequeña, hermosa, sonriente, feliz, y casada, si, casada, un pequeño detalle claro está, me había parecido más sublime que lo común y sorpresa la mía, parecía recíproco. Y ahora, solo espero mañana, viendo una posible secuela de reacción, viendo si fue simplemente algo momentáneo, o más permanente; viendo si la impresión se repetirá. Y si la casada se niega a cometer infidelidad, cosa que realmente espero, una amiga más aguarda en un mensaje enviado; la mujer que en algún momento movió mi piso, y su simple sonrisa y palabras inteligentes, ya me habían impresionado en nuestro último encuentro, hace algunos eones. Ya hice mi parte, que el universo mueva sus fichas donde considere conveniente. Al final de cuentas, yo soy él, y él soy yo.

Y mañana, el primer escalón de mi futuro deseado. La oportunidad de mover las ruedas de la fortuna y materializar los deseos de mi corazón; todo en un simple examen de admisión. Admito, me da un poco de miedo, siendo esto el salto inicial a la plataforma que me lleva al mundo del nunca jamás, donde todo es posible y el alma se mantiene joven, mi paraíso personal donde todo es posible. Pero voy preparado, talvez no de conocimientos, sino de fe; a la larga, esta puede ser más importante aún. Veamos mañana que ocurre, cuando feliz por abandonar las peleas de clientes engañados, me encaminé con un latir rápido de mi corazón, lo sé muy bien, y llegué a un aula llena de jóvenes esperanzados y temerosos talvez de su futuro. Quien sabe a quien podré encontrar? Talvez a la buena suerte escondida en naranja?

Y para terminar el día de hoy, mi mejor amigo del tiempo pasado, habla ya como adulto, con preocupaciones y alegrías, muy diferente al niño con el que jugué en algún momento a un bizarro, por los ojos de la sociedad, juego de casita, como se le llamaba en otros tiempos. Con el que experimenté el amor a los hombres, quedando en mi memoria lo suficientemente impreso, para preguntarme siempre que sería de un momento, fuera sexual, emocional, o demases, con un semejante de mi sexo, que con la comprensión del que se conoce, sepa mover sus manos y labios al compás de una armoniosa música celestial de lo perfecto. Pero para esto, dejo pasar el momento en que la oportunidad llegué; no tengo ganas de forzar oportunidades para nada, pero si pasan frente mío, no duden que lucharé por ellos. En fin, retornando al tronco de la idea principal, él debió notar la misma diferencia en mi voz, talvez por mi risa sabia, mis palabras malditas y vulgares talvez que me encantan. Quedamos en vernos; y mi intuición me dice que más que felicidad se movía en su corazón. Que pasará en este encuentro? No sé; simplemente creo en lo mejor, en lo perfecto, en la maravilloso y magnífico. Eso es suficiente.

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