TiraEcol

Tira Ecol

lunes, octubre 30, 2006

Voto por la naturaleza en medio de mi alegría

Ya, ya se fueron. Ya se fueron la fertilidad agrandada y juguetona y el amanecer y la alegría de mis mañanas. Sé que hice lo correcto, pues el simple hecho de haber encontrado el quien y el donde es ya una maravilla más del universo, de esas que por más que acontecen, nos siguen asustando. Aún así, no puedo evitar sentir el terror, o el susto de una nueva experiencia, cuando la fertilidad de abrazaba fuertemente de mi camisa, implorando una posibilidad. Pero tanto él como yo sabemos la verdad; esto era lo mejor. Y ahora, cuando por los agujeros de mi nariz entran los tan extrañados aromas de la limpieza, y mientras escucho música con las puertas abiertas, nuevamente reafirmo mi decisión. Es hora de recordar mi felicidad, mi tranquilidad, mi paz; hora de volver este hogar nuevamente un santuario. Y eso, poco a poco. Hoy mi casa limpia, mañana el mundo.

También, se me abre una nueva oportunidad de unir un círculo social nuevo y excitante a mi vida; la protección del alma de Gaia. Sé que pocos lo ven así, pero realmente, para mí, el cuidado de la Tierra, de nuestra madre, es también nuestro cuidado personal. Pues somos nosotros el microorganismo, mientras ella es el macro; pero seguimos siendo lo mismo. Cuidarla a ella es cuidarnos a nosotros, amarla es amarnos. Es simple y llanamente una cuestión de autoestima. Conoceré a aquellos que luchan por lo mismo, pero con diferentes puntos de vista, y por alguna razón, no dejo de verme como un posible líder. Miento, si sé porque lo hago; porque simplemente es lo que soy, un líder destinado a la grandeza. Pero en todo caso, quitando mi metafísica de por medio, uno si hace la diferencia con respecto al mundo. Cito a nuestro pesimista y deprimente, y aún así genio, de Sastre: El hombre es el único responsable de su mundo, y en cada acción debe pensar si quisiera que todos los seres humanos lo imitarán. Actuar, hablar y pensar, considerando el plano universal del todo, en que somos todo. Realmente, podemos botar un papel en el suelo y no importa. Pero que pasaría si todos los seres humanos actuarán igual? Nos gustaría? Verdad que no? Entonces, no lo hagamos. Cito ahora a uno de mis amados amigos, el sonriente Jesús: Haced a los demás solo lo que os gustaría que os hagan. No creen que el hecho de que un ateo de primera y un amante de Dios de primera digan lo mismo es algo más que una irreal casualidad? Yo sí, y lucharé por ello.

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