TiraEcol

Tira Ecol

jueves, octubre 19, 2006

Y todo por un libro

He descubierto que los orgasmos, no solo por el sexo pueden ser obtenidos: Esto en si es obvio; hay quienes solo necesitan una comida, o una visión, o un olor, y entran en múltiples vibraciones orgásmicas, talvez la única forma para muchos hombres de experimentar semejante maravilla. Pero para mí, aparte de alguna que otra cosa peculiar: el jugo de naranja, una buena comida, la limpieza, el orden y una buena pieza musical, para mi, pocos orgasmos se asemejan al de un buen libro. Con ellos he llorado, he reído, me he excitado, he sufrido. También he maldecido, enojándome con uno que otro protagonista. Pero ahí radica que disfrute tanto de ello, no hay variedad mayor y de más intensidad que sentarse y sumergirse en un mundo paralelo, donde todo puede ser diferente con hombres viajando a la luna, o tan igual que da miedo, con protagonista que somos realmente nosotros mismos. Leo ahora un libro de un hombre, un profeta, un iluminado; pero me encuentro odiándolo, por sus estupideces, por su necedad, por su santidad injustificada, por sus errores atroces, y por no dejarse ser feliz. Y ahí, fue cuando tome una decisión. Como sería la vida de un Jesús, si fuera yo su narrador?

Y un último consejo del día de hoy. Estudiar a altas horas matemáticas, solo ocasiona estrés y no aprendizaje, no para el que enseña, sino para el alumno. La habilidad del maestro radica en amar, talvez no lo que hace, pero si al alumno mismo. Si es así, la paciencia es infinita, y se busca más el entendimiento del otro, que la cordura de uno. Multiplicad esto por si el alumno es una persona amada, y se darán cuenta que el cuerpo se olvida de si mismo, la mente se concentra en la otra, y los ojos se vuelven simples reflejos de otra mirada. Verán que al final, aunque pasen horas de horas, y el cuerpo se debilite, la mente no lo dejará desfallecer. En esos momentos, sea con furia de la otra persona, sea con lágrimas, sea con golpes o palabras ásperas, la mente la verá perfecta y la amará como es. Verá a través de todo, de la máscara, aprehendiendo la esencia. La esencia de una Diosa. Y lo mejor; todo solo por una pequeña lección de matemáticas. Si es así siempre, BENDITO EL HOMBRE QUE LAS CREO!

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