TiraEcol

Tira Ecol

miércoles, noviembre 15, 2006

Confiar, simplemente confiar

Un mes ya, un mes se ha cumplido desde el día en que con ánimos caídos empecé a contar esta cronología de mi vida. Y en su aniversario mensual atrasado, he de admitir con el dolor del artista, que no hubo celebración alguna. ¡Maldita sea! Jeje. Un día común, como los que ya estoy harto de describir, con excepción de talvez un vistazo de romance con la gata dorada, y si no, por lo menos genuina amistad. Regalos dados por un personaje de mi obra de teatro antipático según mi parecer, regalos de mi parte a aquel que acompaña mis ratos de tedio entre Chat y Chat; sino lo he dicho ya, lo afirmo ahora. ¡Odio mi aburrido trabajo! No hay retos, no hay aprendizaje nuevo, no hay recuerdos que obtener. Siempre la simple y constante discusión con clientes que tienen todo el derecho de quejarse de nuestra continua ineficiencia, siempre charlas de una labor que me ha llegado a asquear. Pero no entremos en quejas, que ya tarde a estar hora, solo quiero comer, y temo que me caiga mal. Entonces, solo por hoy, dejémoslo por ahí.

También, hablo con mi progenitora material en espera de entradas gratis al teatro mágico, como Hesse diría, esperando ir en compañía de alguna de las diosas que me rodean ahora; lamentablemente, la que más me gustaría invitar, se muestra la más inaccesible, por más mensajes que pueda intercambiar, siempre cortados por la digna compañía de ICE, que tantos problemas románticos debe ya tener en su saco de responsabilidades. En todo caso, no logro hablar con ella y me debo resignar a esperar a mañana; mañana siempre mañana es cuando pasan las cosas en este país. Supongo que, como diría mi Yo Mayor con una sonrisa, solo tengo que confiar. Pero mi querido Dios interno, ¡a veces es tan difícil! Fe del tamaño de una semilla de mostaza; la misma fe que me mostró un volcán a mis pies, un cocodrilo dormido e insensato; fe que me devolvió a mi hogar una noche que todo parecía imposible, fe que consigue dinero y ayuda por igual. Realmente, le tengo fe a mi fe, y por ende, soy poderoso. Poderoso como un grano de semilla de mostaza.

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