TiraEcol

Tira Ecol

martes, noviembre 14, 2006

Un sueño hermoso en los linderos de la soledad

Ya dos veces me ha pasado; me levanto con el ánimo subido por mil, con el recuerdo de un sueño de la mujer que, tanto inconsciente como conscientemente, mueve mi corazón. Lo sé, lo reconozco, es mi tendencia como ser humano único y divino, buscar siempre alguna esperanza o cueva para mi corazón, sé también que estas cuevas poseen muchas veces puertas imposibles y que por más noches y mañanas en que mi corazón toque con fuerzas y alegría, termina llorando mientras camina hacia otra cueva a la cual dar sus serenatas. Siempre el mismo iluso y adorable corazón, que busca a las que tienen novios, las que quieren estar solas, a las que provocan problemas, y un par de veces, a casadas fervientemente leales a sus respectivos maridos. Pero sigue siendo un intento mío de recordar la tan dichosa receta del amor, ahora con pasos agigantados y crecientemente desesperados, con las ansías del que quiere amar. Eso es todo lo que quiero: Aprender, o mejor dicho, Recordar como amar. Y por eso, aún cuando sé que aquella mujer con la que sueño tiene su amado ya, sigo suspirando de alegría al recordar aquel sueño lleno de dicha. Simplemente, déjenme ser.

Una amiga una vez me dijo que a pesar de su numerosa familia, se sentía sola; sin nadie que la apoyará de pareja, sin nadie que la amará con locura, sin pasión talvez o magia, el mundo se le hacía insoportable. Ahora, no recuerdo ya que dijo y que parte la sume en mi mente loca y maravillosa. En todo caso, poco a poco, con cada té que me hago en las noches para disfrutar escuchando música de radio pequeño, con cada caminada a mi casa en la oscuridad y abrigado con mi jacket de maravillas, con cada vez que me siento en esta computadora a seguir escribiendo, día tras día, con cada de estos detalles, me empiezo a sentir como ella. Busco, talvez ya no una simple pareja, sino alguien significativo. Alguien que esté conmigo, alguien con quien pueda disfrutar mucho, alguien que pueda venir y dormir a mi lado. ¡OH, como extraño el sentimiento de dormir cobijado en el calor humano de la persona amada! Quiero sonrisas, consejos, compartir el peso que ya me abruma. Pues esa es otra; el peso económico, social, y mental se vuelve un poco pesado en estas fechas en que el dinero está rigurosamente contado y reservado a algo, privándome de pequeños placeres que todo el mundo se da el gusto de aprovechar, sin ponerse a pensar en lo que cuestan. He comido más mierda, y lo tengo presente; días en que no había comida, días en que no tenía los malditas monedad grises y doradas para subirme en un transporte público y viajar a donde el viento, o en todo caso, las llantas del gigante, me llevarán. Lo he pasado peor, y aprendí, pero eso no quita que siga siendo una molestia en el zapato, en la camisa, los anteojos quebrados y los platos sucios. Lo sigue siendo, pero con mi espíritu siempre alegre, me mantengo buscando el lado positivo para no desfallecer. Pero aún, sigo luchando solo, y lo que quiero es tener una compañera/o que cargue las bolsas conmigo y escale la montaña de la vida conmigo como hermano, compañero, pareja, amante, y otros etc.. Eso es todo lo que busco, alguien que apague las luces en las noches, luego de un día de trabajo, luego de comer con comida recién comprado entre los dos, luego de pagar facturas con precios de mierda, luego de luchar a brazo partido con el buzón en la entrada, luego de reclamar dineros que se debían, que luego de todo esto, me dedique un Buenas Noches y cierre mis ojos con su dulce respiración. Y lo deseo con fervor.

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