TiraEcol

Tira Ecol

lunes, enero 07, 2008

¡Fiesta! ¡Hay celebración hoy!

Dirán ustedes, ¿cuál es la fiesta? Aparte del día de los Reyes Magos ayer (que no me visitaron, los muy malditos), hoy 7 de Enero es un día normal, porque es la segunda semana de este nuevo año, pero una semana que no trae nada importante...

¡Nahhhhhhhhhhh! ¡Incorrecto!

Hoy es el día en que mi querida U se vuelve a abrir y donde otra vez puedo ir a visitarla, a ella, a sus parques y sus edificios ancestrales que, como Sociales, sobreviven a puntas de ilusiones. Tonces inaguré este día comiendo por fin pizza en lugar de chino, con el delicioso postre de cangrejo dulce y cigarro rojo Malboro del Kiosco del Estudiante, con un fresco gratis de la Mini, todo por ser el mismo charlatán de siempre.

Andaba feliz, porque en la U me encuentro a Gaby a cada paso y aunque esto me hacía extrañarla un poco, me sentía como en un abrazo caluruso de esos que Gaby reserva para cuando anda tierna. Así que pasé a Nueva Década a preguntar por libros, al Outllet para comprar algo de un regalo de Gaby (que por fin no me logro sacar que era) y me devolví a la U, a su zacate y verde y tirado ahí, descalzo como vine al mundo, me puse a leer. El sol, la gente, el ruido y el viento. Todos me hablaban de Gaby, o de esta vida que con gusto asumo desde que la conocí. Porque fue en esa aula de ahí, decía yo, donde la conocí. Fue ahí donde le di un beso, por allá donde tomé su mano, o por donde subimos unas gradas que nadie subía, tal vez por estúpido tabú. Fue en esa esquina donde la esperaba todos los viernes cuando salía de Historia Antigua para acompañarla en sus últimos minutos antes de irse a Ciudad Quesada o para ir a comer y vernos cuando yo saliera.

Realmente un día de alegrías, porque la posibilidad de que Gaby venga el Jueves se vuelve más grande y como llevo me faltan solo los 300 nocturnos de mi cuota de producción, siento que todo lo puedo hoy.

¿Y qué mejor forma de inagurar la U que sacando un libro de la biblioteca? Sé que estoy leyendo el Romance de Dmitri Merezhkovski, como el de Abelardo Bonilla y el de Eco que no logro encontrar ultimamente, cosa harto preocupante, pero no lo pude evitar. El Cuidado Esencial estaba cobijado entre muchos libros de sociología y realidades, tanto nacionales como internacionales. No sé que me hizo pasar de una búsqueda del Libro de Terror (que curiosamente lo encontré en un lugar que ya había buscado antes, como si alguien lo pusiera recién ante mis ojos) a un caminar febril por la parte de Ciencias Sociales. Pero ahí estaba, y todavía soñando en encontrar las Venas Abiertas de Galeano, me encontré haciendo los trámites y saliendo de la institución, con el libro en una bolsa. Y es que realmente Leonardo Boff es grande.

Pero eso sería todo por hoy. Aunque he abusado de comer, con helado de la pops y todo, quiero seguir leyendo, durmiendo, soñando y hablando con Gaby por mensajitos, antes de volver a las ocho y seguir trabajando. Separarme un ratico de la compu no me haría mal, ¿verdad?

No hay comentarios.:

Archivo del Blog