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lunes, enero 28, 2008

Una de arena y otra puta cucharada de cal

"No se porque me das una de cal y una de arena
Si te he dicho ya que pa’ mi es una condena
que me lleva hasta desesperar y no se como arreglar
si cuanto más te pido menos das…"
(Merche)


Pregúntenme quien es Merche que sólo les sabré decir que es cantautora española que creo haber escuchado en alguna ocasión, como me pasa con toda la música universal. El caso es que me sirve para ilustrar el posteo de hoy.

La vida es una puta. Eso todos lo tenemos claro. Es una puta hermosa que nos hace comer mierda para vernos crecer y cuando llega el momento, darnos el mayor orgasmo posible después de toda nuestra experiencia: La Muerte. Y es esa misma puta que nos da siempre, una de cal y una de arena; la buena nueva y la nueva maldición. Y es en ese "teje y maneje" donde nos parece que nos da menos, en donde al final terminamos sólo con arena, porque aunque puta, la vida nos quiere - claro, el amor puede demostrarse de formas violentas y escabrosas también - e infinito. Sirva esto como preámbulo a mis noticias.

La primera: Consigo por fin reservar la mesa que quería en el lugar que quería para el 14. A pesar de todas las probabilidades en contra, logro hablar con la gente hoy y tal vez los visite mañana, junto a la misma Percantilla que me había dicho que el lugar de fijo estaba abierto los Domingos. Pero el punto es que me pone inmensamente feliz porque ya había logrado sacar adelante un proceso que consta de dos partes, una de las cuales necesita alguna ayudita externa.

La segunda: Yo lo sabía. Ustedes lo saben, yo lo sé, Gaia-Universo-Todos lo sabemos. Pero la confirmación resultó un poquito más dolorosa que lo esperado. Recién ahora no sale ya en la página de la UCR, pero mas o menos era por examen 688 y por excelencia académica 9.8. O sea, no entré a Comunicación Colectiva, para llevar mi querido Periodismo. Claro, desde ya tiempos ancestrales había yo dicho que igual empezaría a llevar el bloque de Comunicación con, esperemos, el auspicio de mi profesor consultor. Pero igual, se siente un toque mal... ¿Saben?

En todo caso, Lestat y su madre/amante me llaman desde la cama, abriendo las páginas del libro en donde quedé ayer (hoy en la madrugada). Y el arroz ya se está haciendo, con mi estómago furioso por comer. Así que la cal y la arena se las lleva el viento, mientras espero también que Gaby me llama, que me empieza a hacer falta... Obsesivo... Yo sé... ¿Y qué? Soy feliz y todo el resto me vale picha.

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